- Raíces blandas o negras: Este puede ser un indicativo de pudrición de raíz
Agencias
México
Las orquídeas pueden mostrar diversos signos cuando están muriendo. Algunos de los más notables incluyen:
Cambio en el color de las hojas: Si las hojas de la orquídea se vuelven amarillas, marrones o negras, es posible que la planta esté sufriendo.
Pérdida de hojas y flores: Si la orquídea está perdiendo hojas o flores, puede ser un indicio de su deterioro.
Manchas en las hojas, raíces o flores: Las manchas de diferentes colores y formas pueden ser un signo de enfermedad.
Raíces blandas o negras: Este puede ser un indicativo de pudrición de raíz, un problema grave que puede llevar a la muerte de la planta.
Rizoma seco y amarillento: El rizoma es la parte que conecta las raíces y el tallo. Si está completamente seco y amarillento, la planta puede estar muriendo.
Prestar atención a estos signos puede ayudarte a intervenir a tiempo y salvar tu orquídea.
Salvar una orquídea enferma: pasos a seguir
Salvar una orquídea enferma puede parecer una tarea desalentadora, pero con los pasos adecuados, puedes recuperar tu planta y disfrutar nuevamente de su belleza. Aquí te presentamos una serie de pasos para seguir:
- Diagnostica el problema: Inspecciona minuciosamente tu orquídea. Busca signos de enfermedad o daño, como manchas en las hojas o raíces podridas.
- Elimina las partes enfermas: Usa unas tijeras de podar filosas y esterilizadas para quitar las partes dañadas de la planta. Asegúrate de cortar un poco más allá del área afectada para eliminar todos los tejidos enfermos.
- Cambia el medio de cultivo: El medio de cultivo es el material en el que tu orquídea crece. Si tu orquídea está enferma, podría ser aconsejable cambiar el sustrato por uno nuevo y adecuado que sea suelto y ofrezca muy buen drenaje.
- Revisa las condiciones de crecimiento: Asegúrate de que tu orquídea esté en un lugar con luz indirecta y una temperatura constante entre 18 y 25 grados. Asegúrate de que la planta tenga suficiente ventilación y no esté expuesta a corrientes de aire fuertes.
- Cuida el riego: El riego es crucial en el cuidado de las orquídeas. Debes permitir que el sustrato se seque entre riegos para evitar la pudrición de las raíces.
Sigue estos pasos y con paciencia y cuidado, tu orquídea enferma volverá a florecer con toda su belleza. (ConIA)
Información tomada del Heraldo de México