27 de Noviembre de 2024
 

¿Cómo manejar la tolerancia a la frustración?

Es normal sentir frustración en algún momento de nuestra vida, sin embargo, que esta sea recurrente puede significar un problema, por eso es importante identificarla y tener herramientas para manejarla.

Agencias

México

Sabemos que la vida no es un lecho de rosas; algunas veces las cosas salen bien y muchas otras no. Cuando las cosas salen mal y no conseguimos lo que queremos, podemos sentir muchas emociones: molestia, cólera, tristeza y ansiedad son algunos de los sentimientos que experimentamos ante la frustración.

 

La frustración, en sí misma, es una reacción normal que todos experimentamos cuando las cosas no salen como esperamos. El problema real surge cuando nuestras reacciones ante la situación nos generan excesivo malestar y nos alejan, todavía más, de conseguir aquello que queremos.

 

Las personas nos diferenciamos en muchas formas, y una de ellas es en la capacidad de tolerar la frustración. Algunas han aprendido a manejar la frustración adecuadamente, pero hay otras que no son capaces de tolerar el más mínimo retraso en la satisfacción de sus deseos y no tienen la capacidad de soportar ningún sentimiento ni circunstancia desagradable; es decir, no toleran el hecho de sentirse frustradas.

 

Las personas con baja tolerancia a la frustración suelen confundir sus deseos con sus necesidades; cuando quieren algo, lo quieren ya, sin ser capaces de soportar el tiempo de espera que conlleva lograr un objetivo. Por este motivo, con frecuencia, la baja tolerancia a la frustración se ha relacionado con la dificultad en el control de impulsos.

 

Cuando no somos capaces de tolerar el más mínimo contratiempo en la satisfacción de nuestros deseos, corremos el riesgo de convertirnos en personas reactivas que, ante las circunstancias adversas, adoptan un papel pasivo y negativo, lo que nos genera un estrés innecesario y, en consecuencia, una mayor insatisfacción.

 

Sin embargo, cuando aprendemos a manejar de forma adecuada las frustraciones, nuestra vida resulta mucho menos estresante y más plena, ya que podemos enfocar toda nuestra energía en resolver y superar los obstáculos con los que nos encontramos, más allá de la reacción de escape.

 

Aceptar y entender que la frustración forma parte de nuestra vida es el primer paso para empezar a manejarla de manera más adecuada.

 

Por eso, te comparto 5 tips para mejorar tu tolerancia a la frustración:

  • Establece metas realistas en tu vida. Algunas veces nos frustramos porque las metas que queremos alcanzar son inalcanzables. Es necesario establecer metas manejables y alcanzables. Con este enfoque, es menos probable que te sientas frustrado si no logras las metas.

 

  • Acepta que los errores son parte del proceso. Si de entrada contemplamos que podemos cometer errores en el proceso y estos errores ocurren, tendremos más probabilidades de aceptarlos y tener éxito en las metas que queramos cumplir.

 

  • Reconoce la emoción y regresa a la calma. Primero reconoce la emoción y después piensa qué puedes hacer para regresar a la calma. La frustración hace que tengamos respuestas impulsivas, las cuales generan respuestas negativas. Es por ello que es importante que reconozcas la emoción y, a partir de ahí, recuperes la calma.

 

  • Relájate. Los sentimientos de frustración pueden provocar síntomas fisiológicos relacionados con la ansiedad o el estrés que podemos sentir ante un problema. De esta forma, si quieres afrontarlo mentalmente, puede ayudarte intentar controlar estas reacciones orgánicas. Por ejemplo, realizar respiraciones profundas o incluso meditar calmará tu respiración y el nerviosismo que puedas sentir.

 

  • Pide ayuda. Si poniendo estas herramientas en práctica sigues con una baja tolerancia a la frustración o si crees que necesitas una ayuda extra, te recomendamos que te pongas en contacto con un profesional de la salud con el objetivo de que te pueda guiar en el proceso.

 

Aunque parezca algo característico de nuestra naturaleza, la realidad es que se puede aprender a tolerar la frustración con práctica y esfuerzo. De hecho, tomar medidas para gestionarla mejor podría mejorar tu vida en muchos aspectos.

 

Recuerda, la frustración no es el final del camino, sino una oportunidad para crecer y aprender a ser más resilientes.

Nota tomada del Heraldo de México


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