Ofreciendo libros a precios bajos y actividades culturales, un puñado de colectivos autogestivos rescatan del olvido al Jardín de San Fernando
Agencias
México
El histórico Panteón de San Fernando, ubicado en los límites de la colonia Guerrero hacia la recién renombrada avenida México-Tenochtitlán, conocida desde siempre como Puente de Alvarado, guarda los restos mortales de algunos de los héroes más conocidos del país.
Allí se encuentra el mausoleo de Benito Juárez, de Ignacio Zaragoza, de Antonio López de Santa Anna. El jardín adjunto a la iglesia, sin embargo, desde hace años ha sido tomado por personas en situación vulnerable y sexoservidoras.
Un grupo de jóvenes ha decidido darle una nueva vida no solo a las personas que, de alguna manera, lo habita: también buscan darle una nueva significación al espacio público, consagrándolo al arte literario.
“En toda la ciudad no hay un lugar 100 por ciento seguro, pero lo que buscamos aquí es apropiarnos de los espacios, crear cultura para que la gente, a pesar de que tenemos zonas rojas, vea que se pueden hacer actividades culturales para que vengan todas las personas.
“Todo esto está pensado para que sean libros, solamente libros, pero hay gente que trae artesanías, hay artistas que hacen diferentes cosas, aquí vienen y lo exponen. Principalmente es la cultura en general, pero como eje primordial son libros a precios asequibles para todo tipo de público”, explica Josué Ventura, de Libriejos, uno de los colectivos que integran esta iniciativa.
Una relación sustentable
El ambiente sabatino es de fiesta. De repente, algunos de los vendedores se levantan para realizar subastas de libros, algunos de ellos incluso nuevos, por precios que inician en los 10 pesos, una auténtica ganga.
Pero este espacio no solo se preocupa por la lectura; otra de sus funciones es la de apoyar a las poblaciones vulnerables y dignificar los espacios a través de la expresión artística y la convivencia sana y familiar en este mercado literario que se instala todos los sábados, de 11:00 a 17:00 horas.
“Tenemos muy en mente esta parte de ayudar a la comunidad lectora, pero también a la comunidad vulnerable, como las trabajadoras sexuales; entonces les damos una pequeña despensa cada 15 días para ayudarlas también, ese es nuestro compromiso social, y con la comunidad aquí es tener limpio el parque, hacer actividades culturales.
“De este lado del panteón ya se había consolidado un grupo antes, ya lo habían tomado, nos extendimos de este lado del parque. Acá en este lado del parque buscamos justamente eso, tener precios accesibles para el público para fomentar la lectura”, concluye.
Nota tomada del Heraldo de México