El registro, de acuerdo con los especialistas, muestra que al menos tres ejemplares habitan en el sur de Chiapas, lo que indicaría la presencia de un territorio reproductivo en el país.
El águila arpía (Harpia harpyja) ha reaparecido en territorio mexicano. La última vez que fue vista, hace 12 años, el fotógrafo Silvano López Gómez retrató el ave en la zona arqueológica de Yaxchilán, situada a la orilla del Río Usumacinta, en Chiapas, al sur de México.
Autoridades ambientales sostenían incluso que el ejemplar estaba extinto, ha dicho Alan Monroy Ojeda, ecólogo tropical, científico de la organización Dimensión Natural y miembro del equipo responsable del registro, para un medio digital especializado en noticias sobre conservación y ciencias ambientales; “lo interesante del registro no es solo el avistamiento de aquella águila, sino de tres más, lo que indicaría la presencia de un territorio reproductivo en el país”, agrega el ecólogo.
Según ha contado el especialista, el avistamiento tuvo lugar dentro de la Selva Lacandona al sur de Chiapas, muy cerca de la frontera con Guatemala. Un campesino cabalgaba por la zona cuando se cruzó con el espécimen, de entre 28 y 36 meses, que se encontraba en el suelo sosteniendo una presa entre sus garras.
El hombre, dice Monroy Ojeda, a pesar de estar acostumbrado a ver animales silvestres, quedó impactado. Al percatarse del humano, el águila soltó la presa, abrió sus alas y se escabulló hacia el cielo. Se posó entonces en lo alto de una rama y fue cuando el campesino se acercó con mucho cuidado para tomar algunas fotografías y un video, los cuales compartió posteriormente en un grupo comunitario de monitores de aves.
Fue así como ecólogos y científicos se dieron a la tarea de rastrearla y estudiarla. El encuentro ocurrió en 2023.
De acuerdo con el especialista, el ave es una cría, por lo que el nido, y sus padres, debían estar a 10 kilómetros a la redonda. “Las águilas tienen una gran fidelidad al sitio donde se reproducen y pueden usar el mismo nido durante muchos años. En Panamá, por ejemplo, hay un nido que ha sido utilizado durante 40 años. Son aves muy longevas”, se lee en la publicación.
El águila neotropical es una de las más grandes del mundo y también es considerada una de las más poderosas. Habita principalmente los bosques tropicales del centro y sur del continente americano. Puede llegar a medir entre 90 y 104 centímetros de alto y una envergadura de hasta dos metros.
Se caracterizan por tener plumas grises en la cabeza; negras, en las alas, la espalda y el cuello; y blancas, en la zona del abdomen. Sus garras son grandes como las de un oso grizzly. “No hay un depredador arriba de la arpía, a nivel de aves”, zanja Monroy Ojeda.
Sin embargo, la reaparición del águila en territorio mexicano es una buena señal, a pesar de los embates a los que se enfrentan los bosques tropicales del mundo, que de acuerdo con Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) están desapareciendo, debido en gran medida a la industria agrícola y ganadera.
A la Selva Lacandona, por ejemplo, ha perdido 500 millones de árboles entre los años 2000 y 2012, según un estudio publicado en 2016 por científicos mexicanos.