El aguacero fue brutal. Bastaron unos minutos para que Viaducto se transformara en un canal. En Tlahuac, las patrullas avanzaban con el agua por encima de los faros. Y en Zaragoza, un convertible gris quedó atrapado hasta el cofre. No es una escena de ciencia ficción ni un montaje de redes sociales: es la nueva normalidad de la Ciudad de México, donde cada tormenta deja decenas de autos varados, electrónicos colapsados y familias preguntándose: “¿Y ahora quién paga esto?”
El agua como enemigo invisible
Un auto puede parecer intacto por fuera tras una inundación, pero por dentro estar completamente comprometido. La mayoría de los vehículos modernos tienen componentes críticos situados a baja altura:
Motor y sistema de admisión: si el agua entra por la toma de aire y llega a los cilindros, el motor puede "desbielarse", es decir, sufrir daño estructural interno que lo vuelve irreparable o costoso de recuperar.
Sistema eléctrico y ECU (unidad de control): la "computadora" del coche suele estar bajo el asiento del conductor o cerca del tablero. Si el agua toca ese punto, los sensores pueden fallar días o semanas después.
Aceite mezclado con agua: cuando el agua entra en el motor o en la transmisión, emulsiona con el aceite y pierde sus propiedades de lubricación, lo cual provoca desgaste acelerado.
Hasta dónde puede llegar el agua
Agua por encima de la mitad del auto. El motor, sensores ABS y bolsas de aire podrían haber fallado. Pérdida casi segura.
Contacto con componentes críticos: motor, alternador, computadoras. Requiere diagnóstico completo; lo más probable es que se declare pérdida total.
Agua por encima del cofre. No intentar encender. Alto riesgo de cortocircuitos y oxidación interna.
El auto está virtualmente perdido. La mezcla de agua sucia, lodo y vegetación contamina cada componente.
Aunque parece transitable, si el agua llega a los faros, es mejor evitar el cruce. Encharcamientos de más de 30 centímetros ya representan peligro.
Consejos vitales si ves un charco:
Si el agua cubre la mitad de la llanta, no avances.
Si no ves el pavimento bajo el agua, da la vuelta.
Al pasar por un encharcamiento leve, mantén revoluciones constantes y no frenes bruscamente.
Si tu auto se apaga en el agua: no lo intentes encender. Espera a una grúa y contacta a tu aseguradora.
La cobertura que te salva (o no)
Cobertura amplia: cubre daños por fenómenos naturales. Puedes reclamar reparación o indemnización total.
Cobertura limitada o básica: usualmente no protege ante inundaciones.
Lo peor que puedes hacer es encender el coche sin una revisión. Lo que pudo haberse salvado, se echa a perder.
Una ciudad bajo amenaza
El sistema de drenaje profundo en la capital fue diseñado en los años 70. Hoy, con el doble de población y lluvias más intensas por el cambio climático, la infraestructura está rebasada. La Conagua ha identificado 180 puntos críticos donde cada aguacero se transforma en desastre.
Y mientras el cielo ruge, los autos se hunden. La ciudad no cambia. Pero tú sí puedes prevenir.
Si ves un charco de grandes proporciones, la mejor opción es la vuelta en u.
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¿Sabías que intentar encender el coche puede arruinarlo por completo? Comparte este consejo con otros.
Revisa si tu seguro te protege contra lluvias extremas antes de que sea tarde.