Ciudad de México. El roquero Jarris Margalli recibirá un homenaje el próximo sábado 25 de junio, a las 12:00 horas, en el Tianguis del Chopo, por sus aportaciones al género musical que ha cultivado durante casi 50 años y del que critica que hoy tenga poco desarrollo y sea aplastado cuando vienen estrellas extranjeras, como Roger Waters.
“Definitivamente cualquier homenaje es halagador y viniendo del Chopo es grande porque este tipo de reconocimientos llevan meses y ya lo han rccibido Javier Bátiz y Carlos Alvarado, éste fundador de Chac Mol, que son pilares del rock and roll. Esto es importante que ocurra antes de que llegue la muerte. Además, es fundamental porque la del Chopo es una plaza donde el rock va ser inmortal. A nivel popular, otros medios de comunicación no creo que trasciendan mucho al nivel del Chopo, a la hora de la verdad. Ahí es donde se mueven los discos.
“Ahí mis bandas Mistus y Ninot, y otras, como Chac Mol o Luzbel, tienen muy cotizados sus discos y dejan muy abajo a David Bowie, a Roger Waters o a grupos como Pink Floyd, incluso. Es un fenómeno muy raro porque llega, por ejemplo, Roger Waters por novena o no se qué vez a México, y está bien, pero fulmina al rock mexicano. Nadie tiene interés por ver a una banda mexicana cuando él viene, y es una gran demanda de boletos.
“Reitero que el Chopo es algo enorme porque ahí se halla el verdadero rock mexicano. Por eso recibir un homenaje ahí es un honor para mí.”
El tributo lo organiza un grupo de personas con arraigo. Quien destaca es Ramón García. “Es alguien que respeto y sabe mucho. Como él, yo también soy un poco historiador del rock mexicano. Está considerado el mejor conocedor de la historia del rock en el país. Tiene una colección impresionante de discos. Innumerables los de 45 rpm, ¡y todo lo ha escuchado, todo lo ha consumido!”
A Jarris se le reconoce su aporte al rock desde que hizo música en la época pos Avándaro, “que es un parteaguas. Nunca el rock había tenido ese jale de banda. Vino la represión por todo lo que pasó en ese concierto. No había rock and roll. En los 80 tuvimos que abrir plazas, inventarlas. Lo importante es que el rock no se detuvo.”
--¿Hay rock de buena factura en México?
--Primero hay que tener mucho criterio, porque uno como músico veterano empieza a despotricar. Vivimos una etapa bastante difícil, pobre. Hay un gran cambio, sí, pero para mal. No hay creatividad. Hay mucho cover. Yo incluyo a Gloria Ríos y a Enrique Guzmán. Bien. Los Dug Dugs, con Armando Nava, quien empieza a hacer orquestaciones musicales. Un disco completo con canciones originales es lo que hace una buena banda de rock mexicano. Esa tradición la siguió Mistus y Ninot. En estos momentos hay un cambio terrible y la música está fea. La gran mayoría es mucho ego y pocas nueces.
“De los grupos de ska se puede rescatar que se metan con la política. Si te dices rocanrolero mexicano y no te involucras con lo que pasó el domingo en Oaxaca, pues mejor dedícate a las baladas, para que Gloria Trevi o hasta Alejandra Guzmán tengan, en un momento, un criterio más rocanrolero. Si no hay buena música, por lo menos sí una aportación lírica, en un contexto. No veo ambición para ser los nuevos Caifanes.”
Jarris Margalli inició profesionalmente de niño; hizo teatro infantil, compuso música a lo 9 años. Integró el grupo Los Cowboys. En los ochenta se sumó a Mistus y a Ninot. En 1998, se unió a Jaguares, con los que grabó Bajo el azul de tu misterio (1999). En 2002, como solista, dio a conocer Soul, que recibió elogios de David Fricke, director y crítico de la revistaRolling Stone. En 2009, su disco Crudo tuvo invitados como Guillermo Briseño. Jarris es la neta del planeta. Ya lleva 50 años en el ambiente rocanrolero.
Ha valido la pena aplicarse como profesional a la música, dijo. “Lo único que tiene un servidor es el poder hacer rolas con un contexto. Soñar, despertar, concientizarse, esos son los fines de mi música
