Por: César David Español Pasos, Salvador Daniel Cruz y Adolfo Orea Vite
Estimados lectores de Enfoque Cultural, como es muy bien conocido por todos ustedes, México está conformado por una mezcla de tradiciones y costumbres que a su vez conjugan la estructura de la cultura mexicana. En esta ocasión, en Enfoque Cultural les daremos a conocer una zona arqueológica muy extensa en todos sus aspectos, tanto culturales, geográficos y arquitectónicos, estamos hablando de “LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE CANTONA”, ubicada en el municipio de Tepeyahualco, y es considerada la ciudad más urbanizada del México prehispánico.
Entre las primeras impresiones registradas, encontramos las publicaciones en 1790 en las Gacetas de Alzate, donde se hace referencia al nombre de Cantona, y no es sino hasta 1855 cuando Henri de Saussure visita la zona y deja asentado que: “Los indios de los alrededores le llaman la ciudad de o del Cantón”. Por su parte, en 1903, Nicolás León pública un texto titulado “Los Monumentos Arqueológicos en Cantona”, donde menciona que el verdadero nombre del sitio es Caltonac, palabra proveniente de los vocablos nahuas calli= casa y tonalli= sol, es decir, «Casa del sol»,
La ciudad fue construida sobre un derrame de lava volcánica del volcán Jalapasco y fue descubierta a mediados del siglo XIX, pero se cree que alcanzó su máximo apogeo cultural entre los años 150 y 200 D.C., cuando contaba con aproximadamente 867 hectáreas de territorio.
Una de las mercancías controladas por los habitantes de Cantona fue la obsidiana, extraída en gran parte del volcán Citlaltépetl y trabajada en múltiples talleres de la ciudad. La región en sí tiene una fuerte presencia volcánica, ya que cerca se encuentran el volcán Pizarro y el Cofre de Perote, así como las lagunas de Alchichica y Quechulac, formadas por calderas volcánicas.
El paisaje está dominado por un sin número de plantas desérticas entre las que predominan yucas, magueyes, nopales y palas, además de algunas coníferas que los restauradores han procurado conservar. Las construcciones se hicieron aprovechando lo escarpado del terreno.
Cantona se distinguió de otros centros urbanos de Mesoamérica por su compleja y eficiente red de vías de circulación, se estiman alrededor de 4 mil calles edificadas para comunicar a la población entre sí, además de caminos que conducían a campos de cultivo, canteras, yacimientos y hacia otras poblaciones. Además, contaba con 20 canchas de juegos de pelota.
Transitar por Cantona nos da la sensación de visitar una fortaleza y hacerte uno solo con ella… nosotros somos Enfoque Cultural y te invitamos a que no te pierdas la oportunidad de conocer esta zona y su abundante cultura.