Con más de 60 años de haber debutado en la pantalla grande, Diana Bracho afirmó que aún tiene mucho que aprender y dar al público en los escenarios, por lo que no teme a la vejez, pues "nunca he trabajado de bonita".
De visita en tierras regiomontanas, donde este 25 de agosto recibirá el Cabrito de Cristal del Festival Internacional de Cine (FIC) Monterrey 2016, por ser "Icono del Cine Mexicano", la reconocida actriz habló ante medios de comunicación en torno a su amplia y destacada carrera en cine, televisión y teatro.
Aseguró que por ahora no piensa en el retiro, "quiero seguir siendo actriz, es lo que más me gusta, no te imaginas cómo gozo trabajar... quiero seguir aprendiendo; como actriz, me faltan muchas cosas por aprender.
"No me quiero retirar, no pienso mucho en eso, la verdad, siento que tengo mucha energía, ganas de hacer muchas cosas, no me asusta la vejez, en el sentido de imagen, porque nunca he trabajado de bonita... siempre he trabajado de personajes y me veo de la edad que tengo, haré abuelitas y luego bisabuelitas", expuso.
Sin poses de diva de la actuación, se dijo agradecida y feliz del reconocimiento en el FIC de Monterrey, cuando aún está activa y con salud, en una ciudad en la que el público siempre ha recibido muy bien su trabajo actoral que tanto disfruta: "Esto es un regalo", expresó.
"No me siento icono, siento que soy una actriz, caray, estaba haciendo cuentas... tengo 44 años, desde ‘El castillo de la pureza', que va a pasar mañana (hoy), justamente la escogí porque con ella entré al cine mexicano, lo que fue para mí muy importante", expresó.
Ésto, sin incluir su primera película, "que nunca la cuento, porque nunca me preguntaron si la quería hacer o no, fue una película de mi papá -Julio Bracho-, que hice cuando tenía, creo cinco años, algo así, entonces, si contamos ese tiempo, tengo 65 años de actriz, ¡Dios mío, qué cosa!".
"No me siento icono, me siento un ser vivo, una actriz que tiene todavía mucho para dónde caminar, mucho dónde crecer", manifestó durante la conferencia de prensa ofrecida en la Cineteca Nuevo León.
Diana Bracho se dijo orgullosa de formar parte de aquella generación actoral de la década de 1970 y trabajar con directores como Felipe Cazals y Arturo Ripstein, entre otros.
"Sentíamos que estábamos rompiendo con el esquema del sistema de estrellas, que eran las estrellas como centro de las películas, María Félix, Dolores del Río, etcétera", dijo.
A partir de ahí "las actrices estamos al servicio de los directores", como fue el caso de "Las Poquianchis", en la que interpretó su papel más difícil, por la temática y las condiciones en que se rodó esa controversial película, "estábamos revolucionando la forma de ser actrices", expuso.
En este marco enfatizó, "yo no trabajo en función de Diana Bracho, ‘ay, quiero lucir, ay, me quiero ver bonita'. No. Yo trabajo en función de un personaje y cuando ese personaje está bien delineado y bien descrito, pues le doy todo, aunque sea quitarme la ropa, bueno ya no, pero en esa época".
Sin demeritar los avances tecnológicos actuales, "el cine está más vivo que nunca", afirmó Diana Bracho, quien remarca "trabajo en cosas que me gustan.
"Siempre hago los personajes de los que me enamoro, nunca he hecho algo por dinero, ‘ay no tengo chamba, bueno, me voy a echar esta chambita'. No. La palabra chamba está fuera de mi vida, yo trabajo, no chambeo", enfatizó.
Fuente: Notimex/pmc