Enfoque Cultural
Por: César David Español Pasos, Adolfo Orea Vite y Salvador Cruz
Estimados lectores, a quien no le suena el famoso estribillo "No quiero oro, ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata”, aparentemente insignificante que tiene su significado, no perder el camino ni cambiar por oro ni por plata la fe cristiana a los pecados capitales. Una de las tradiciones de la época de Navidad que seguro muchos recordamos con cariño, aparte del Nacimiento, es la piñata. Las piñatas en la actualidad son hechas de cartón o de periódico y forradas de papel de china picado o rizado y en infinitas formas y tamaños, rellenas ya sea de caramelos, colaciones, chocolates, juguetes, confeti, juegos de lotería, dinero, cacahuates, frutas o harina. Sin embargo, el origen de la piñata es muy distinto y muy interesante, el cual tiene que ver con el sincretismo y mezcla de culturas con la religión católica de la Nueva España y que persiste hasta nuestros días.
Las piñatas fueron introducidas por los españoles a la Nueva España y son indispensables para la época posterior a La Posada y la Novena de la Navidad. Son motivo de júbilo, arte y diversión entre nosotros hasta la actualidad. Las ollas para las piñatas son especiales y son hechas de barro delgado y con orificios en el cuello de la olla para poder atarla a un lazo y para así, poder subirla y bajarla a gusto de los celebrantes en la Navidad. Las ollas se venden por muy módicos precios en todos los mercados de México para esta época. Es muy fácil hacerlas en casa y toda una diversión para los niños participar en su elaboración. La piñata tradicional es la de siete picos brillantes en forma de estrella que significan la tentación del demonio hacia los hombres. Se suele representar al mal de forma llamativa para que cautive al hombre y ceda ante la tentación. Cada pico significa un pecado capital de la religión cristiana (la lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia, soberbia). Hay varias versiones del significado religioso que tiene la piñata, pero la más aceptada es la idea de que representa la lucha del hombre contra las pasiones o los pecados capitales. Valiéndose de la fe, que es representada y simbolizada por el palo o bastón. El hombre tiene que destruir el maleficio de la pasión, golpeando y finalmente rompiendo la piñata y al romperla, rompe esa tentación y obtiene, los frutos divinos, que son representados, por la fruta y las colaciones que contiene la piñata.
Supuestamente, la historia de la piñata se remonta a la China Imperial. Allí con motivo del año nuevo que se celebra con la llegada de la primavera, se confeccionaba una figura de vivos colores que llenaban de semillas. Los mandarines golpeaban la figura que regularmente representaba a un becerro, con varas y ésta se rompía derramando su contenido sobre los campos y simbolizando la fertilidad. Posteriormente, la piñata se quemaba y sus cenizas se repartían entre los allí presentes, como portadoras de buena suerte y de fertilidad.
Hoy en día, la tradición de la piñata se ha extendido desde México a todo el mundo y se pueden encontrar piñatas en toda América, Europa y en muchos países del mundo con miles de formas que ya no tienen el significado complejo, religioso y original. Ese significado original, nada tiene que ver con las piñatas de la actualidad porque uno puede verlas en tan diferentes formas, que realmente nada tienen que ver con la original de siete picos, en la actualidad, ya no hacen rosas, ni claveles, zanahorias o cebollas y rábanos como se hacían en aquellos tiempos. Ahora se hacen súper héroes, Súperman, el Hombre Araña, alebrijes, botellas, Chapulín Colorado, etc. Los niños ya no saben el significado de la piñata que es tan singular e interesante, pero es cuestión de cada uno de nosotros seguir manteniendo esta bella tradición con su gran significado y qué mejor que adquirir piñatas como esta en nuestro bello municipio, no debemos ir muy lejos, el local de la familia Morales en el mercado municipal puede ser una de varias opciones, recordemos que lo importante es preservar las costumbres.