Foto: Alexandru antes de morir.
Los doctores informaron a los progenitores que a partir de ese momento debían controlarle el azúcar, medir su cantidad en sangre y suministrarle la insulina. No obstante, la madre creyó que se trataba de una farsa y decidieron no volver al hospital.
Según las investigaciones, durante las últimas horas de vida de Alexandru, sus padres se negaron a llamar a una ambulancia y, en lugar de ello, se pusieron a rezar esperando un milagro que nunca llegó. Ahora deberán pasar 25 años en prisión.
Foto: Emil y Rodica Radita. Tomada de National Post
Con información de Yahoo Noticias.