28 de Noviembre de 2024
 

Enfoque Cultural 6/12/18

¿Quién fue Diego Rivera?

Por César David Español Pasos

Amigos de Enfoque Cultural, por fin ha llegado diciembre, ese mes mágico en el que festejamos y celebramos en demasía la unión familiar, un mes que a muchas personas alegra y a otros entristece, pero a merced de todo eso estamos a un día de cumplir un aniversario más del nacimiento de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez mejor conocido como Diego Rivera, emblemático y destacado muralista mexicano de ideología comunista, famoso por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos, el cual nació un 8 de diciembre de 1886 en la bella ciudad de Guanajuato y falleció en la Ciudad de México un 24 de noviembre de 1957 a la edad 70 años debido a una insuficiencia cardiaca.

Reconocido por las nuevas generaciones debido a que su imagen se hacía presente en el anterior billete de $500 mexicanos, Diego Rivera fue un prodigio de la pintura y el dibujo, que con apenas 10 años entró en la Academia de San Carlos de la capital mexicana donde fue discípulo también del muy talentosos pintor paisajista José María Velasco, fue gracias a que desde muy temprana edad mostró extraordinarias dotes artísticas que el gobierno del estado de Veracruz mostró un gran interés en la carrera de Diego, becándolo para estudiar en España.

En su momento gracias a dicho apoyo de parte del gobierno mexicano, en 1905 y en 1907, Diego Rivera pudo viajar a Europa y conoció a los artistas más renombrados de la época, por lo que el muralista quedó en un círculo intelectual en el que se dice que tomaba café con Pablo Picasso, Modigliani y Roberto Montenegro, quienes lo introdujeron en el movimiento artístico del cubismo.

Cabe destacar que formó parte de diversos movimientos que influyeron en su obra, esto debido a que junto a David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco formó la famosa triada del muralismo mexicano y fue co-fundador de la “Unión de Pintores, Escultores y Artistas Gráficos Revolucionarios”, que plasmó sus ideas políticas a través del arte; y también militó en el Partido Comunista Mexicano, ideología a la que Diego siempre fue afín, de hecho, participó en los festejos por el 10° aniversario de la Revolución Rusa, en 1927.

Debido a su carácter y visión artística muchos historiadores consideran que en vida fue un hombre que retó las normas preestablecidas del arte mexicano, buscando revivir lo prehispánico en la contemporaneidad de su época y con ello renombró la mexicanidad a través de las galerías, museos y murales tanto en EE.UU. como en México, enalteciendo el concepto de que el arte es para el pueblo mexicano.

Con una ideología y pensamientos de detracción social y comunista, el muralismo de Rivera constituyó una de las principales influencias del arte y la cultura de México por medio de su colección de artefactos precolombinos, retratos panorámicos de la historia de México y su vida diaria, desde los inicios de la cultura Maya hasta la Revolución Mexicana incluso, en el presente postrevolucionario, él expresó su compromiso hacia sus orígenes, tanto así que Rivera usó las paredes de universidades y otros edificios públicos a lo largo del país y EE.UU., como la extensión de su cuerpo inmortal.

Durante su vida, Rivera elaboró muchos bocetos, en distintos tamaños, como plantillas para trazar las imágenes en los muros las cuales una vez trazadas, sus ayudantes aplicaban capas de yeso, en donde Rivera comenzaba a pintar con agua antes de que el yeso se secara completamente. Con esta técnica de pintura, Rivera realizó muchísimas pinturas orgánicas al usar una amplia gama de colores de sus obras de arte.

Diego Rivera pintó más de mil cuadros, realizó cientos y cientos de dibujos e ilustraciones, y legó a México su titánica obra mural, entre sus múltiples murales, además de los ya mencionados, destacan el del interior del Palacio Nacional, su gigantesca “Epopeya del pueblo mexicano” (1935), la fachada del Teatro de los Insurgentes “La historia del Teatro en México” (1953), el que cubre el Estadio Olímpico Universitario de la UNAM “La Universidad, la familia y el deporte en México” (1954) y, por supuesto, su quizá más famoso mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (1947).

Sin duda alguna al margen de su vida privada y de sus problemas personales, como artista Diego Rivera aportó en demasía al arte mexicano y colocó en una vitrina internacional el trabajo que podían llevar a cabo los talentosos artistas mexicanos, es por ello que hoy en día no debemos dejar de recordar su muy grato trabajo y las nuevas generaciones no se deben quedar con la idea errónea de que quizá su mayor logro sea el haber aparecido en el billete de $500.


Lo último en el Heraldo

Banner Hotel