De visita en la Biblioteca Nacional de México
Por César David Español Pasos
Amigos de Enfoque Cultural, sin duda alguna la lectura es un alimento del alma que nos enriquece como personas y al mismo tiempo es un privilegio del que muchos podemos gozar siempre y cuando tengamos el interés de hacerlo, curiosamente para alegría y gozo de nosotros los mexicanos, en nuestro país contamos con la “Biblioteca Nacional de México” un espacio dedicado a salvaguardar miles de libros y documentos históricos y que este año cumple 150 años de ser la guardiana protectora del acervo bibliográfico nacional.
Cabe resaltar que la creación de dicho recinto no fue muy fácil, ya que como todos los sucesos que se dieron después de la independencia de México, el proyecto de esta biblioteca generó decenas de controversias entre liberales y conservadores pese a todo ello en 1857 el presidente Ignacio Comonfort declaró el inicio de la Biblioteca Nacional de México, como sería llamado el edificio propiedad de la Universidad (hoy conocida como la UNAM), posteriormente en 1867 Benito Juárez arrancó labores en el templo de San Agustín, primera sede oficial que entonces contendría un acervo conformado por materiales documentales, bibliográficos y hemerográficos que trajeron de diversas bibliotecas de varios puntos de la capital mexicana.
Como dato curioso en el año de 1929, la Biblioteca Nacional de México se convirtió en una dependencia de la UNAM, y en 1944 se movió al ex templo de San Pedro y San Pablo donde se estableció la Hemeroteca y el Museo Iconográfico; años después nació el Instituto de Investigaciones Bibliográficas y a finales de los 70 se mudaron nuevamente a “Ciudad Universitaria”.
Con la ferviente misión de reunir, organizar, preservar y difundir la memoria bibliográfica y documental del país, con el fin de apoyar el desarrollo científico, educativo y cultural de México, concentrar, custodiar y hacer accesibles los materiales editados en diversos soportes que integran el patrimonio bibliográfico de la nación, cualquier persona que así lo requiera puede acceder a este espacio maravilloso lleno de conocimiento el cual se encuentra dividido en dos secciones el “Fondo reservado” y el “Fondo contemporáneo”, en el primero podemos encontrar obras raras y curiosas como impresos antiguos y modernos que destacan por sus características editoriales, el “Fondo de Origen”, donde se encuentra una colección de impresos y manuscritos, de hecho estos fueron los primeros que formaron parte de la Biblioteca, los “Archivos y Manuscritos” que no son otra cosa que documentos personales e institucionales que datan de entre el siglo XV y el XX, las “Colecciones Especiales” donde se encuentran bibliotecas y colecciones creadas por instituciones y personas destacadas de la historia moderna, las “Publicaciones periódicas mexicanas de 1722 a 1917, donde está el Registro memoria del mundo de la Unesco desde 2016 e incluso publicaciones periódicas extranjeras del año 1665 al 1920, más de 10,000 rollos de microfilms y las Misceláneas hemerográficas y el Fondo García Valseca.
Por otro lado, también podemos visitar el Fondo Contemporáneo, donde podemos encontrar la colección General compuesta por un conjunto bibliográfico de materiales impresos mexicanos y extranjeros, la sala de Mapoteca la cual es un espacio dedicado a la cartografía y geografía mexicana, la sala de Fonoteca que alberga material sonoro en diversos formatos y también hallaremos documentos relacionados con la música y materiales monográficos relacionados a esta época histórica, la sala de Consulta y la sala de Tiflológico que no es otra cosa que lectura y grabación automatizada, con edición de materiales impresos, amplificaciones de caracteres, transcripción de Braille a caracteres comunes y viceversa, la famosa “Hemeroteca” la cual está compuesta por tres salas, diarios de la CDMX, de los Estados y Oficiales cabe resaltar que en este espacio también hay revistas nacionales e historietas y por último la sala de materiales didácticos, de publicaciones de organismos internacionales y extranjeros.
Tristemente estimados lectores a diferencia de otras, la Biblioteca Nacional de México no permite el préstamo domiciliario, pero está abierta para consulta (Solo los usuarios mayores de 16 años pueden solicitar préstamo siempre y cuando llenen una boleta y muestren una identificación vigente) y por si fuera poco aunque se trata de un centro académico de la UNAM, podemos programar visitas guiadas para conocer los rincones de la Biblioteca Nacional de México teniendo en cuenta que los grupos pueden conformarse desde tres y hasta 25 personas mayores de 16 años para el Fondo Contemporáneo; el Fondo Reservado únicamente recibe grupos de hasta 15 personas mayores de 18 años conformados por estudiantes, profesores e investigadores.
Así que ahora ya lo saben, ya sea porque la lectura es parte fundamental en nuestra vida diaria o por mera curiosidad, todos alguna vez en nuestra vida deberíamos visitar la Biblioteca Nacional de México, ya que seguramente es una experiencia que, a más de uno, nos encantará.