JUAN DAVID CASTILLA
XALAPA, VER.- Uno de cada 10 mexicanos sufrirá daño renal en algún momento de su vida, revela el Instituto Nacional de Salud Pública.
A pesar de esta elevada estadística, en el país solo hay 233 nefrólogos en activo, lo que resulta insuficiente para atender la demanda de la población.
Con base en las recomendaciones internacionales, que sugieren que se debe contar con al menos un nefrólogo por cada 80 pacientes, México tiene un déficit de más de 7 mil nefrólogos.
México presenta un importante déficit de personal salud: de entre los 38 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra entre los cinco últimos lugares respecto al número de médicos por habitantes (2.38), lo cual es 44 por ciento inferior al promedio del total de países que pertenecen a esta organización (4.25).
México requiere de un mayor número de personal de salud, de eso no cabe duda, pero no es solo cuestión de cantidad. Este capital humano debe estar organizado de acuerdo con la realidad epidemiológica del país.
La enfermedad renal es uno de los padecimientos crónico-degenerativos con mayor costo para el sistema de salud.
El pasado 30 de noviembre, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó un punto de acuerdo por el que se exhorta a la Secretaría de Salud del Gobierno Federal de México y a sus homólogas estatales a fortalecer los mecanismos de formación y capacitación del personal de salud acerca de esta enfermedad.
Los legisladores exhortan, específicamente, a realizar campañas de concientización entre el personal de salud sobre la importancia de la nefrología; a diseñar e implementar programas de atención a esta enfermedad entre el personal de salud; y a garantizar capacitación continua, todo ello con el fin de garantizar una atención de calidad y con un enfoque de seguridad para el paciente.