Coatzacoalcos, Ver.- Desde las seis de la mañana, docenas de personas, obreros, mujeres, hermanas, padres, hijos de obreros que se encontraban laborando en Pajaritos al momento del accidente del jueves, se dieron cita a las afueras del complejo para pedir informes sobre sus seres queridos, y protagonizaron varios conatos de bronca con autoridades que insisten en ocultarles cifras de muertos y desaparecidos.
Uno de los primeros incidentes se reportó antes de las 11:00 AM en el cordón de seguridad montado afuera de Pajaritos por personal de la Secretaría de Marina Armada de México y Ejército Mexicano.
Docenas de obreros comenzaron a presionar para que les entregaran datos sobre sus amigos o familiares al respecto de los cuerpos que estaban tirados aún en el área del accidente.
Los ánimos se caldearon después de que Pemex informó que el accidente había dejado 13 muertos, y docenas de lesionados.
Esto lo informaron después de que el director general de Pemex, José Antonio Anaya González, arribó a la zona cero durante la madrugada, acompañado del ministerio Público, y visualmente constataron la presencia de más cadáveres.
Las personas que esperaban afuera por noticias sobre sus familiares, después de que no habían sido encontrados ni en la morgue ni en los hospitales, comenzaron a presionar a los soldados para que los dejaron pasar, y se dio jaloneo e intercambio de palabras.
Al lugar tuvieron que enviar más elementos de la Sedena para reforzar el cordón de vigilancia para evitar que la muchedumbre cayera en el caso.
Otro de los momentos más tensos, fue al arribo de personal del Estado Mayor Presidencial, en un convoy de diez camionetas, todas de lujo, cerradas, y que despertó el interés en los obreros y familiares.
“Allí viene Duarte, allí viene Duarte”, comenzaron a gritar, los ciudadanos pensaban que en las unidades viajaba el gobernador Javier Duarte de Ochoa, sin embargo, se trataba de transporte del Estado Mayor Presidencial.
Hora y media después, aproximadamente, parte del convoy regresó y una de las camionetas, que presuntamente lanzó la unidad contra los presentes, y atacada a pedradas por los obreros.
“No nos han dado información, nos mandaron al Semefo, nos nos quieren decir que pasó para identificarlos, busco a Fernando Cordero Torres”, dijo Guadalupe Cordero Torres, del ejido Cangrejera,
Los familiares de los obreros se pasaron toda la mañana quejandose de la falta de información. Las mujeres y algunos hombres se recargaron en las paredes de los complejos cuando el sol apretó más duro. El personal de la Secretaría de Marina Armada de México y del Ejército Mexicano se tuvo que coordinar a marchas forzadas para organizar el ingreso de los familiares de obreros que en el interior ya habían sido identificados previamente.
Sin embargo, la molestia persistía en los obreros, como en los familiares, pues a pesar de que se ingresó a la zona a un buen número de personas, aún quedaban familias buscando a sus seres queridos afuera del complejo y en los hospitales.
El gobierno de Veracruz, ni el federal, hasta el cierre de esta nota, no ha emitido lista con los nombres de los fallecidos, lo que ha incrementado la molestia de las personas que se apilan en los hospitales y en las zonas de los complejos.
“Lamentablemente hasta el momento se han confirmado 13 trabajadores fallecidos. Permanecen 88 personas en diferentes hospitales de Pemex y el IMSS, 13 de ellas graves”, indicó el último comunicado de Pemex, que no habla de los desaparecidos que son los que mantienen en la incertidumbre a las familias que mantienen plantón en las afueras de Pajaritos.
Los obreros también están enojados porque se perdió el día laboral, docenas de ellos llegaron a las plantas de Coatzacoalcos con la esperanza de trabajar, pero los centros y maquinarias están apagadas por protocolo de seguridad.
Las familias afectadas en su mayoría son de Coatzacoalcos, aunque también se han reportado casos de ciudadanos de Puebla, Veracruz, Tamaulipas y Chiapas.
