WASHINGTON (Proceso).- Artísticamente es un muro bonito, siempre iluminado por los rayos del sol, pero expresa tristeza e impotencia, como que habla de Rubén Espinosa, el fotoperiodista de Proceso asesinado en 2015.
“El propósito de este memorial es gritar que no olviden”, dice Gene Policinski, jefe de Operaciones del Newseum, que se encuentra en la capital de Estados Unidos.
Este lunes 6, el nombre de Rubén y de otros 19 periodistas se agregó a los paneles que integran el muro de cristal esmerilado que se encuentra en el tercer piso del Newseum. Esa pared ha sido bautizada como elMemorial de los Periodistas Asesinados.
“Este año tenemos una lista integrada por 20 periodistas asesinados en 11 distintos incidentes durante 2015, que nosotros pensamos que representan y que son un recordatorio para el mundo de que los periodistas están en riesgo al cumplir su trabajo. Ése es el objetivo de este Memorial”, explica Policinski en entrevista.
La serie de cristales en el Newseum contiene ya el nombre de 2 mil 291 periodistas asesinados desde 1837 hasta 2015.
“Representa a todos aquellos que han muerto en la búsqueda de las noticias”, subraya Policinski, encargado de los programas del Instituto Newseum y editor fundador de uno de los diarios con mayor circulación en Estados Unidos y el mundo, USA Today.
La pared, que mide poco más de seis metros de altura por ocho de ancho, es uno de los puntos obligados para los poco más de 850 mil visitantes que cada año recibe el Newseum, inaugurado en abril de 2008 y ubicado sobre la avenida Pensilvania, de Washington D.C. El museo se encuentra a sólo unas cuadras de la Casa Blanca y del Capitolio.
Al principio, en el Memorial –que se inauguró el 4 de abril de 2008– se incluían los nombres de todos los periodistas asesinados cada año. Sin embargo, y como explica Policinski, “conforme fue creciendo internet y luego de darnos cuenta que la tarea sería imposible”, se acordó sólo colocar los nombres de los informadores ultimados cuyos casos fueran representativos.
Policinski explica que hay muchos trabajadores de los medios de comunicación que no necesariamente mueren víctimas de un crimen vinculado con su profesión, sino por accidentes. Así, a partir de 2013, y tras un análisis de organizaciones internacionales dedicadas a la protección y defensa de los comunicadores –Comité para la protección de Periodistas (CPJ), Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Instituto Internacional de Prensa (IIP)– se determina cuáles nombres se agregan a la pared.
El jefe de Operaciones del Newseum reconoce que los periodistas no siempre son bien vistos ni aceptados por la sociedad mundial, ya sea por la manera en que hacen su trabajo, por las historias que escriben o por sus ideas, “pero todos arriesgan sus vidas para conseguir la información que forma parte de lo que es y representa una sociedad democrática”.
La denuncia, en cristal
La sala del Memorial de los Periodistas Asesinados es una especie de cubo en la tercera planta del enorme Newseum, desde donde se puede mirar el Monumento a George Washington.
En el lado oeste de ese cubo están los paneles de cristal esmerilado; al norte, una pared con las fotografías de los 2 mil 291 periodistas asesinados y, al este, un enorme letrero con el nombre del memorial y que le recuerda a todos los visitantes que “el periodismo es una peligrosa profesión”.
Como uno de los museos más modernos en el mundo, el Newseum cuenta con un sistema interactivo por medio del cual se puede acceder a la lista de todos los periodistas asesinados en el mundo desde 1837 a la fecha.
“Todos los nombres son importantes, y juntos hacen que avance la causa de este memorial”, asegura Policinski.
Hablar del caso de Rubén Espinosa, quien fuera ejecutado el 31 de julio de 2015 junto a cuatro mujeres y cuyo caso no ha sido esclarecido por el gobierno de Enrique Pena Nieto, abre más la herida en Proceso, que no deja de sangrar desde el 28 de abril de 2012, día en que fue asesinada Regina Martínez, corresponsal en Veracruz de este semanario.
“México es una tragedia”, zanja Policinski, y asienta que este país está considerado uno de los lugares más peligrosos del mundo para el periodismo. “Espero que, como periodista de Estados Unidos, pueda ayudar en algo para mejorar la situación llamando la atención mundial acerca de lo que ocurre en México. Esta institución lo hará y no lo dejará de hacer”.
El asesinato de periodistas –que en México se incrementó en la última década– se achaca sobre todo a los gobiernos estatales y a grupos criminales.
Según la Federación Internacional de Periodistas, 112 periodistas fueron ultimados en México en 2015, y en lo que va de este año ya va media docena.
“Una gran mayoría de los periodistas en el mundo viven en países donde no son totalmente libres de practicar su profesión, ya sea por reglas gubernamentales o narcoterrorismo, por otras razones políticas o criminales”, delinea Policinski.
La labor del Memorial del Newseum, reitera, es hacer todo lo posible para que la gente no olvide estos crímenes, “haciendo todo lo necesario para que las personas que cometen los asesinatos de periodistas, los asesinos materiales e intelectuales, no queden impunes. Como si a nadie le importara, como si nadie se hubiese dado cuenta”.
A todo el mundo “debería quitarle el sueño” el simple hecho de pensar que los reporteros están en riesgo por hacer su trabajo, apunta uno de los lemas del Memorial.
El editor fundador del USA Today recuerda: el periodismo es una especie de mecanismo por el cual ocurren cambios positivos en la sociedad.
“En Estados Unidos decimos que el periodismo es ‘el perro guardián que vigila al gobierno’. Los periodistas son como los perros guardianes de la sociedad. Son los que dan a conocer las historias de las injusticias, pobreza, abusos gubernamentales, criminalidad, cultura, avances científicos. Desde mi punto de vista es una profesión única, una forma de establecer los parámetros de lo correcto y lo incorrecto.”
Durante la visita de este reportero al Newseum, a media mañana, los rayos del sol que bañaban el Memorial, marcaban una sombra apenas unos centímetros arriba del nombre de Rubén y, en medio, el del colega brasileño Gleydson Carvalho.
“En Estados Unidos los periodistas somos muy afortunados de que la gran amenaza que tenemos es la de ser demandados legalmente o ser criticados, aunque también ha habido casos de periodistas asesinados por criminales u oponentes”, rememora Policinski.
“El periodismo continúa siendo una profesión muy honorable, pese a que la situación de las economías en el mundo no favorece su ejercicio. Sin embargo, el periodismo es una bandera de lucha. Los periodistas son los que dan la cara por la gente común y corriente ante los abusos. Sólo este oficio hace responsable de sus actos a los gobiernos, de sus malas decisiones o conductas.”
Por orden alfabético y acompañados del nombre del país donde fueron asesinados, éstos son los 20 periodistas que se agregaron al Memorial del Newseum este año: Ibrahim Abd al-Qader, Turquía; Yahya Abdul Hamid, Irak; Soleil Balanga, República del Congo; Jean Cabut, Francia; Gleydson Carvalho, Brasil; Elsa Cayat, Francia; Stephane Charbonnier, Francia; Rubén Espinosa Becerril, México; Kenji Goto, Siria; Fares Hamadi, Turquía; Philippe Honore, Francia; Barnard Maris, Francia; Zaman Mehsud, Pakistán; Hindia Haji Mohamed, Somalia; Mustapha Ourrad, Francia; Alison Parker, Estados Unidos; Avijit Roy, Bangladesh; Bernard Verlhac, Francia; Adam Ward, Estados Unidos, y Georges Wolinski, Francia.
Por el hecho de que en 2015 ocho periodistas de la publicación francesa Charlie Hebdo fueron asesinados de manera brutal y premeditada, Gerard Araud, el embajador de Francia ante el gobierno de Estados Unidos, fue el encargado de hablar en el pequeño tributo que el Newseum rindió a los caídos.
“Es nuestro ideal no poner más nombres en este Memorial, pero la realidad es que, para los periodistas, la situación que se vive en el mundo es más peligrosa ahora que hace 20 años. Antes de la era de internet se requería que los periodistas narraran la historia, sin importar de qué lado estuviera, pero tras internet, nadie es neutral. Conforme se desarrolla la historia la propaganda toma direcciones distintas y esto hace más vulnerables a los periodistas. Especialmente a los que están en las zonas de conflicto. Con la difusión de las cosas y la economía desfavorable para el periodismo, existe una gran creencia de que cualquiera puede intimidar a los periodistas, porque ya no tienen un respaldo sólido de sus publicaciones debido a la escasez de recursos. Los que vivimos son tiempos más peligrosos”, sentencia el jefe de Operaciones del Newseum.