Coatzacoalcos, Ver.-La organización ambientalista Greenpeace dijo que después de la explosión de Clorados III, se confirmó la presencia, mediante estudios científicos, de sustancias altamente tóxicas y cancerígenas que ponen en riesgo la salud pública y la de los trabajadores de la zona industrial del margen derecho del río Coatzacoalcos.
En rueda de prensa para presentar los resultados del estudio realizado a los pocos días de la tragedia que dejó saldo de más de 30 muertos, los especialistas de la ONG determinaron que hay exposición constante a unas 59 sustancias químicas que son tóxicas, de las cuales, varias son altamente cancerígenas.
Estas sustancias se están arrojando, desde hace unos quince años, sin ningún tipo de control al medio ambiente por parte del complejo Pajaritos.
Sus niveles se incrementaron con la explosión de la planta de clorados III; algunas de las sustancias encontradas están consideradas como carcinógenas, por lo que las autoridades deben tomar medidas.
El la rueda de prensa se mostró el documento “Pajaritos, una bomba de Tóxicos”, el cual está elaborado con 10 muestras tomadas en diferentes puntos cercanos a la planta, donde se encontraron etenos clorados, etanos clorados, metanos clorados y bencenos clorados, químicos orgánicos semi volátiles.
Una de las zonas más dañinas y que más contaminación genera, es el gran tubo de desagüe al canal Teapa, es allí en donde se encontró más contaminación.
Miguel Rivas, responsable del área científica de esta investigación confirmó que, en un estudio preliminar realizado por la misma agrupación en 2001, ya detectaban un alto nivel de esta sustancia, un poco más de cinco mil microgramos por litro, lo que es un indicador de que existen descargas de sustancias químicas peligrosas al agua, que se potencializaron con la explosión.
“Hallamos al menos 59 químicos orgánicos aislados, entre ellos algunas consideradas extremadamente preocupantes para el ambiente y la salud de las personas al ser catalogados como posibles cancerígenos. Estas sustancias prácticamente carecen de regulación en México y fueron encontradas en concentraciones superiores a lo permitido por la normatividad de Estados Unidos”.
Así, después de 15 años de ese primer análisis, los resultados de este nuevo trabajo, son alarmantes ante el riesgo que hay para los seres humanos, la fauna, el suelo y el aire.
El dicloruro de etileno (EDC, por sus siglas en inglés) es una de las sustancias químicas que se encontraron en las muestras, con niveles alarmantes. Las concentraciones superan de 10 a 28 veces los límites que establece Estados Unidos, permiten 211 microgramos por litro y en el tubo de descarga de Pajaritos se encontraron 5, 900 microgramos por litros.
Este compuesto es capaz de dañar el sistema nervioso central al hígado, los riñones, pulmones y al sistema cardiovascular en los seres humanos y es considerada carcinógena. Está comprobado, y las muestras “tomadas y analizadas en nuestros Laboratorios de nvestigación en la Universidad de Esex, Inglaterra.
Otras en altas concentraciones es el Percloroetileno, tetracloroetileno y tetraclorometano, compuestos clorados que son tóxicos para el sistema nervioso central, el sistema reproductivo y además son considerados como carcinógenos por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer.
“El tetracloroeteno está clasificado por parte de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer como carcinógeno dentro del grupo 2A (probablemente carcinógeno para los seres humanos), y razonablemente previsto para ser un carcinógeno humano por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (USDHHS 2015)”, dice el documento.
Sobre las muestras en tierra, no revelaron altas concentraciones de dioxinas o furanos, aunque son consistentes con los resultados de mediciones que se han venido realizando por organizaciones civiles locales, lo que deja en evidencia el alto grado de contaminación por la actividad industrial.
“Tras su análisis, esta investigación revela la presencia de sustancias tóxicas, algunas catalogados como posibles cancerígenos por la International agency for research on cancer (IARC). Estas sustancias carecen de regulación en México y se encontraron en concentraciones superiores a lo permitido en la norma de Estados Unidos.
“Los resultados desglosados en el presente reporte técnico representan los impactos de la ausencia de regulación, control, y manejo de los químicos empleados en el complejo químico de Pajaritos”, dice el documento entregado a la prensa porteña.