* Migran seis millones.
Juan David Castilla
Xalapa, Ver.- La asociación civil Pronatura considera que Veracruz es el corredor de aves rapaces más importante del mundo con 6 millones, seguido de Kekoldi en Costa Rica con 2.5 millones de rapaces y Eliat en Israel con 1.8 millones.
La observación y el monitoreo de este corredor migratorio se inició hace treinta años, cuando Pronatura Veracruz fundó el proyecto Veracruz Río de Rapaces.
Desde ese entonces se ha trabajado reportando y analizando el flujo migratorio. Además, se intercambia información con investigadores estadounidenses pertenecientes a Hawk Mountain Sanctuary de Kempton Pennsylvania, EUA, y Hawk Watch International de Salt Lake City, Utah, EUA, los cuales se dedican al estudio de aves rapaces y apoyan en trabajo de Pronatura Veracruz con donativos y con organización de avistamientos turísticos desde el país vecino hasta este estado.
También mantienen lazos estrechos con la asociación Migratory Dragonfly Partnership, quienes monitorean libélulas migratorias.
Cada año, entre los meses de agosto y noviembre, en esta entidad ocurre uno de los movimientos migratorios más importantes y sorprendentes del mundo.
De acuerdo con Leticia Gil Adalid, quien ha acompañado a Pronatura en esta experiencia, los censos se realizan en dos sitios: en la localidad Chichicaxtle, municipio de Puente Nacional, así como en la azotea de un hotel de Ciudad Cardel.
Los conteos se llevan a cabo del 20 de agosto al 20 de noviembre cada temporada, durante 92 días. La observación se realiza de las 09:00 a las 19:00 horas. En ella participan biólogos y asistentes. La función principal de los biólogos es la de realizar la identificación y estimación de las aves migratorias.
Para llevar a cabo este trabajo, los biólogos se dividen el cielo. Trazan una línea divisoria imaginaria utilizando una referencia, por ejemplo, un árbol o un edificio, mediante el cual parten el cielo en dos mitades y realizan observaciones de distancia lateral en la porción que les corresponde ya sea Este u Oeste.
Escanean el cielo con binoculares y telescopios para buscar grupos y estimarlos. Mientras los asistentes registran en libretas las observaciones que le son dictadas por los biólogos, también participan en la identificación de aves cercanas al sitio de observación, toman notas climatológicas y mantienen comunicación entre los dos sitios de observación para no duplicar datos.
Es posible observar millones de aves de diversos grupos como aguilillas, halcones, milanos, cigüeñas, pelícanos, golondrinas, patos, colibríes, chipes, calandrias, palomas, zopilotes, mosqueros e incluso grandes grupos de insectos como libélulas, abejas y mariposas que se unen a esta migración.
PICO DE LA MIGRACIÓN
Se tienen patrones de los avistamientos aproximados por días y se ha observado que el pico de la migración ocurre en las dos primeras semanas de octubre, registrando hasta más de 500 mil animales en un solo día.
Gil Adalid recuerda que desafortunadamente este año no hubo los recursos suficientes para abrir el observatorio en Cardel. Mientras que el de Chichicaxtle sí está abierto al público en general y sólo se pide una cooperación de 50 pesos por persona, para el mantenimiento del sitio.
En el lugar se reúnen aves de todas las regiones de Norteamérica en su paso hacia el Sur del continente, huyendo de las bajas temperaturas de la temporada invernal y de la falta de alimento.
Estos animales prefieren el paso por el Golfo de México sobre extensiones de tierra firme donde el clima es menos cálido. En la parte central de Veracruz es donde se concentran, después se van separando hasta llegar al Istmo de Tehuantepec, donde algunas aún continúan hacia las selvas del sureste.
Otras más cruzan hacia la planicie del Océano Pacífico y continúan por la región costera de Chiapas, ruta que la mayoría sigue hacia Centro y Sudamérica.
Según el tamaño de los grupos migrantes, su concentración y velocidad, se decide si se hacen conteos directos, es decir, de uno en uno, o si se efectúan estimaciones, es decir, si se cuentan de cinco en cinco o de diez en diez o en múltiplos de 50 como sucede en días pico.
Debido a que hay parvadas que frecuentemente contienen más de una especie y a que los grupos de aves son muy numerosos, cada observador dispone de seis a ocho contadores manuales para hacer estimaciones de igual número de especies y al final de una hora el asistente recopila los datos de cada contador.
Al final, las observaciones son enviadas a una base de datos en línea, en tiempo real. En la identificación de aves se emplean diferentes guías como las de Howell & Webb (1995), Wheeler & Clark (1995) y Sibley (2000).
Las aves rapaces buscan corrientes de aire ascendentes para deslizarse por ellas y de esta forma ahorrar energía. Estas corrientes se forman durante el día cuando los rayos del sol calientan la tierra, por lo que estas aves al migrar de día se clasifican como aves diurnas.
La migración se logra con una serie de vuelos que duran desde unas horas hasta días enteros. Entre cada vuelo, las aves bajan a descansar y alimentarse. Pueden tardar desde unos cuantos días hasta semanas en un mismo lugar. Se ha observado que algunas llegan exactamente al mismo lugar cada año. Esto se sabe porque algunas portan anillos de identificación y han sido atrapadas en el mismo lugar en años diferentes.
ANILLOS DE IDENTIFICACIÓN
Para el anillado, Pronatura Veracruz cuenta con una estación, donde algunas aves son capturadas unos minutos con el fin de colocarles en una de sus patas un anillo de aluminio.
Estos artefactos son hechos a la medida para cada especie, con una numeración seriada, donde se determina su especie, sexo, edad además de otros datos de utilidad, para poder llevar a cabo un control de su ruta migratoria.
El que la misma ave sea atrapada en el mismo sitio en distintas temporadas es una buena señal de que el ecosistema se ha conservado.
Desafortunadamente muchas zonas donde estas aves llegaban han sido devastadas y algunos cuerpos de agua se han perdido o contaminado, por lo que se han visto obligadas a cambiar de lugar de refugio temporal.
Se ha visto migrar aves que antes se creían sedentarias como la Chondrohierax uncinatus. También se detectó un caso de migración inversa, es decir, aves que normalmente habitan en el sur y no migraban, volando hacia el norte, lo que hace pensar que algo cambió en su lugar de origen.
Se han obtenido datos sobre la población de algunas especies, como el Aguililla de alas anchas que es de 1.7 millones de ejemplares.
Las observaciones y el censo de aves en Veracruz se centran en las aves rapaces, aunque también se toma nota de todas las demás especies.
El movimiento migratorio por Veracruz es importante debido a que a su paso las rapaces controlan plagas de roedores y de insectos y los zopilotes carroñeros van limpiando zonas con animales muertos.