Desde hace dos décadas aparecieron las afectaciones, afirma especialista
Revisión estructural y completa es la que debe darse a esta importante vía de comunicación
José Miguel Bautista Hernández
A más de 50 años de haberse construido el puente Martínez I y luego de haber cumplido su periodo de vida útil es urgente un mantenimiento estructural, afirman especialistas, pues las inundaciones de los años 90 dejaron graves secuelas en la estructura del mismo.
El ingeniero civil Eleuterio Bernabé González explicó que los daños anunciados por la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), no es nada nuevo, ya que desde hace casi dos décadas en la inundación que data del año 1995, se había establecido que se necesitaba un mantenimiento estructural al puente y todo este tiempo se ha dejado que crezca el deterioro en esta arteria vehicular, anexando un punto importante, pues aun cuando el tráfico pesado ha dejado de circular por ahí, el flujo vehicular de hace 20 años a la fecha ha aumentado considerablemente, ya que sin ser preciso cifró en miles los vehículos que diariamente transitan esta vía.
Dijo que el siguiente, es tema de competencia de los tres niveles de gobierno, pues la autoridad local debería solicitar una revisión estructural a las autoridades estatales, y en caso de obtener respuestas favorables llegar hasta las instancias federales en busca de soluciones.
Los daños han sido en su cimentación y una de sus estructuras esta socavada, esto de acuerdo a su experiencia que consta de más de 45 años en el ramo de la construcción, por lo que estructuralmente se hace latente la necesidad de una revisión completa del referido puente.
Construido en la década de los 40 y afectado por el corrosivo jugo de caña cuando los cargueros transportaban la gramínea en su época de bonanza al Ingenio Independencia e independientemente de los fenómenos meteorológicos, lógicamente debe estar afectada toda la estructura metálica.
Detalló que gracias al regalo de un amigo que estuvo en la construcción del puente, guardaba con recelo planos originales, sin embargo, al acudir la extinta Secretaría de Comunicaciones a revisar los daños ocasionados por la inundación de 1995 éste los prestó a la administración municipal de ese entonces pero que a la fecha no han sido devueltos, por lo que se cree se extraviaron dichos documentos.
En su experiencia profesional recordó que a la parte superior también llamado ‘súper estructura’ solo se le ha dado mantenimiento de pintura pero a la parte inferior donde se soporta todo el afluente vehicular hasta la fecha no se le ha dado ningún mantenimiento.
Aunque si bien es cierto que podría colapsar, estos fenómenos son impredecibles y aunque no se pretende magnificar dicha situación si se pretende alertar a la población, y aunque si bien es cierto, ya se ha desviado el tráfico pesado hacia el puente Martínez II, ejemplo el de los autobuses urbanos con un buen número de personas en sus asientos aún transitan esta vía y también se cataloga o podría catalogarse como tráfico pesado, agregado que en horas pico incluso los dos carriles se observan llenos de vehículos y con gran cantidad de tonelaje para esta estructura.
Por último, recomendó metafóricamente ‘tomar al toro por los cuernos’ e iniciar la rehabilitación o ir más allá, pues desde hace tres periodos suena la gestión de un tercer puente pero no se termina de actuar para evitar un incidente de grandes magnitudes, finalizó.
Andrés Salazar Ojeda, director de Protección Civil municipal en Martínez de la Torre también emitió su particular opinión respecto del tema de los daños estructurales que la SIOP descubrió en el puente Martínez I, el ingeniero encargado de la seguridad civil en Martínez de la Torre, reconoció que pasado el tiempo de vida útil de esta vía podrían darse situaciones riesgosas.
“Cuando se observe alguna grieta, se tendrá el riesgo de un colapso”, así lo manifestó el funcionario público y aun cuando se le hizo ver que esta situación ya estaba ocurriendo en dicha parte del puente, explicó que “esas grietas se deben a la flexibilidad del mismo y la unión de las estructuras para permitir la separación y la vibración propia de los elementos naturales pero no es una grieta en si”, ultimó.
Advirtió que en materia de prevención todos los factores deben irse tomando en cuenta, incluso la gestión del puente Martínez III, pues se hace latente la lejanía del puente Martínez II de la zona centro que es una de las arterias más circuladas y con ello se permitiría distribuir la carga vehicular, sería menos el desgaste y tendría más durabilidad.
Al abordarlo sobre las cifras de vehículos que transitan diariamente en este sitio, citó un censo vehicular de principios de año en conjunto con la delegación de Tránsito, el cual cifró en aproximadamente unos 35 mil vehículos registrados en Martínez de la Torre, sin embargo, con los vehículos de otras localidades y los distintos periodos del año, podría darse un agregado de 20 mil unidades de forma cotidiana.
En el peor de los casos, si se llegase a presentar dicho colapso como se anuncia en medios de comunicación, las afectaciones serían sociales y económicas además de peligrar la disponibilidad de tiempo de los habitantes con Villa Independencia, por el traslado en el puente Martínez II y aunque no habría personas incomunicadas si crearía conflictos vehiculares transitar por un solo puente.
Por último, expresó que es una gran ventaja contar con el puente Martínez II en el caso remoto de que pudiese darse un colapso en la arteria antes referida pero con la consigna de que pronto estas anomalías serán revisadas y reparadas en breve.