* Sustancias tóxicas son arrastradas y son desapercibidas, pero provocan mortandades
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- Es necesario vigilar que empresas no descarguen desechos contaminantes a las aguas del río Bobos, como de costumbre, aprovechando la temporada de lluvias que ya está en marcha, para que dichas sustancias tóxicas sean arrastradas y sean desapercibidas, pero que por experiencias ya vividas se van acumulando hasta provocar mortandades de peces y demás especies, siendo estos ecocidios aparentemente inexplicables, expresó Rubén Cortés Cortés, presidente de la asociación civil Pescadores Protectores del Medio Ambiente.
Reconoció que “definitivamente, estamos conscientes de que es muy difícil detectar esas anomalías de parte de las empresas, las cuales generalmente cuentan con cuantiosos recursos para disimular sus acciones contaminantes, las cuales desafortunadamente siguen dando de qué hablar”. Apuntó que por lo menos los grupos de pescadores están dispuestos a continuar en la lucha contra la contaminación, aunque ese movimiento ya rebasa los 20 años de haber iniciado, y claramente requiere ser reactivado, pues el río Bobos se va deteriorando cada vez más, sin que se vean acciones reales para rescatarlo, mientras sea tiempo.
Rubén Cortés opinó que, dada la situación, se buscará e insistirá en la intervención de las dependencias ambientales como la Profepa, y de esa manera interponer o dar seguimiento a las denuncias que en su momento se quedan inactivas, sin que se llegue a resultados concretos. Confió en que eso será posible con el respaldo de los propios pescadores y la sociedad civil, además de funcionarios o ex funcionarios comprometidos con ese asunto.
Recordó que hace muchos años hubo un gran apoyo a la lucha contra la contaminación, gracias a la intervención del diputado federal José Manuel del Río Virgen, quien abanderó múltiples gestiones ante las dependencias ambientales, lográndose al menos revisiones y recorridos en las empresas contaminantes de la región. Reveló que eso es precisamente lo que se debería recuperar, para buscar resultados concretos, con el fin de rescatar el río Bobos y vuelva en su momento a ser fuente de vida.
