* Asegura productor
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- Solo hay líderes de pacotilla en la citricultura, además de dependencias que no han mostrado preocupación por la producción en el campo, y es por esa causa que las huertas están al borde de la devastación por el ataque del HLB, lo cual es muy notorio, pues ya se observan árboles amarillentos o secos, sin explicación alguna en diferentes puntos de la región, lo cual da una idea clara del gran riesgo que corre la citricultura, expuso Arturo Galindo Levet, productor.
Expresó que "ni los líderes de los citricultores han captado siquiera la dimensión del problema que ya tiene encima ese gremio, pues si los cítricos son devastados, eso implicaría un impacto negativo para la economía de la región, cuyo dinamismo depende en gran medida de esos cultivos, por lo que se deberían emprender medidas para reducir afectaciones". Afirmó que las huertas de naranja corren más peligro ante el ataque del HLB, pues han sido abandonadas por largo tiempo, ya sea por los bajos precios que había tenido la fruta durante años, lo cual había traído como consecuencia la descapitalización de los productores, con constantes dificultades para adquirir fertilizantes y demás agroquímicos para fortalecer los árboles.
Galindo Levet comentó también que las plantas de limón podrían resistir mejor el embate del HLB, pues por su periodo más corto de cosecha se encuentran mejor atendidas y fortalecidas, pero igual, nada garantiza que esos frutales no sufrirán daños ante el ataque del HLB. Por esa razón, insistió en que los productores y el gobierno deberían coordinarse para emprender acciones y evitar la devastación total de los cítricos, al tomar en cuenta su gran importancia económica, no solo en la región, sino en todo el estado de Veracruz.
Finalizó diciendo que desafortunadamente, ni los líderes de citricultores, ni los diputados en funciones actualmente se han preocupado por tocar las puertas de las dependencias para bajar apoyos y hacer frente a la enfermedad que puede devastar cuando menos la mitad de la superficie citrícola, lo cual traería consecuencias desastrosas.