19 de Noviembre de 2024
 

Graves pérdidas provocan las lluvias torrenciales

Fuertes vientos tiran la producción de naranja y limón

Aunque la lluvia es benéfica para el campo veracruzano

Brenda Pérez Aguilar

            Aunque las lluvias son benéficas al campo veracruzano, brindando la humedad que los árboles necesitan para subsistir y producir sus frutos, Jorge Hernández Martínez, comisariado ejidal del Ejido Martínez de la Torre, dijo que también el exceso de las lluvias torrenciales provocan deslaves y el desborde de los ríos, lo que trae como consecuencia que se pierdan los plantíos que están cerca de los afluentes.

            “Sabemos que estamos en plena temporada de huracanes y que se pronostican fuertes lluvias para lo que resta del periodo, en este sentido las lluvias son benéficas para el sector agrícola, porque nuestros árboles están estresados y necesitan de humedad para producir sus frutos, podemos fertilizar, preparar nuestros árboles para su cultivo”, expresó el productor. 

            Pero por otro lado, destacó que las fuertes lluvias torrenciales provocan deslaves, el desborde de arroyos, ríos y que se pierdan aquellas plantas de naranjo o de limón que están sembradas cerca de los arroyos, porque cuando crecen estos afluentes arrastran los árboles, generando graves pérdidas para el sector agrícola.

 

            Pero además, si las lluvias vienen acompañadas de fuertes vientos, la producción se pierde, debido a que el aire tira la producción de naranja o limón.

            “Desgraciadamente en temporadas pasadas ya hemos tenido este problema, de hecho nosotros pedimos apoyo de siniestro al gobierno, pero nunca recibimos respuesta, pero si hubo graves daños, porque todos los árboles que estaban sembrados a orilla de los ríos y arroyos fueron arrastrados e incluso hubo plantíos de hectáreas que también fueron tiradas, tan solo en mi ejido hubo parcelas que fueron dañadas y nunca recibimos una respuesta para que apoyaran a los compañeros”, lamentó.

             Hernández Martínez subrayó que nadie se puede anteponer contra la naturaleza, por lo que no hay manera de evitar que el agua se salga de los ríos o arroyos y a los productores no les queda de otra más que volver a empezar de cero y nuevamente a sembrar sus árboles con recursos propios y muchas de las veces, endeudándose para salir avante.

 

            “Un árbol de limón a los dos años ya está produciendo y uno de naranja hasta los tres años y definitivamente no nos queda de otra más que seguir trabajando, porque el campo es nuestro sustento y tenemos que mantener a nuestras familias”, concluyó comisariado ejidal. 


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