* Deben responder a sus clientes, sin evadirlos y sin culparlos cuando son víctimas de fraudes
Facundo Bartolo Salazar
Los bancos son los responsables del dinero de cuentahabientes, de tal manera que, ante la amenaza constante de fraudes, sobre todo de parte de delincuentes cibernéticos que pueden vaciar las cuentas, ese tipo de instituciones financieras deben responder a sus clientes, sin evadirlos y sin culparlos, pues a final de cuentas están obligados a implementar estrategias de seguridad, en beneficio de las propias empresas y de quienes les confían su dinero, expuso Mauro Alvarado Loranca, abogado litigante.
Reconoció que “cada vez es ms común que las personas sean víctimas de fraudes, principalmente al caer en trampas de delincuentes en el internet y redes sociales, donde ofrecen alguna supuesta promoción, premio, o bien, oportunidades de inversión, en las que, pese a no haber reglas claras para ello, los cuentahabientes pueden dar datos personales, incluyendo información bancaria”. Reconoció que, por supuesto, se trata de un error, el cual puede ocurrir en segundos, por falta de conocimiento, experiencia, o por la momentánea ambición de los afectados, pero en tal caso los bancos deberían tener algún tipo de blindaje para detectar anomalías o situaciones poco comunes de acceso a las cuentas y bloquear la acción de posibles delincuentes.
Alvarado Loranca asevero que, pese a la negativa que sería normal en los bancos para hacerse responsables de fraudes, los cuentahabientes deben formalizar sus quejas ante esas instituciones, al menos para que tengan conocimiento de ello, y de no obtener respuestas satisfactorias, pueden acudir ante la Comisión Nacional para la Protección y defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros(CONDUSEF) para canalizar su problema y no correr el riesgo de perder todo el dinero que supuestamente debería estar debidamente resguardado en cuentas bancarias.
En cuanto a los usuarios, seria indispensable que no se dejen sorprender, y no abrir enlaces sospechosos en internet o redes sociales, y especialmente en estas últimas aparecen supuestas solicitudes de amistad, de personas que quizá ni siquiera existen, pero al presentarse atractivas o en situaciones fantásticas, son el medio idóneo para robar información personal, incluso de cuentas bancarias, lo cual definitivamente puede llevar a cualquiera a ser víctima de fraude.