Lo recomendable es no consumirlos por los efectos secundarios que pudiesen provocar
José Miguel Bautista Hernández
Como parte de la investigación en medios estatales por la supuesta aparición de alimentos transgénicos en las despensas entregadas de los programas asistenciales, en especial lo correspondiente a los cereales que son entregados a varias familias vulnerables del municipio, la recomendación de Gloria de los Santos Mújica, nutrióloga de la Jurisdicción Sanitaria número IV, es que este tipo de alimentos no son recomendables, ya que podrían desencadenar diversas reacciones al organismo, por lo que recomienda consumir mejor alimentos frescos.
Según la información recabada en distintas publicaciones, desde 1999 no ha parado la entrada de maíz transgénico por el puerto de Veracruz, lo que se calcula en un millón de toneladas anuales; mientras que, en 2010, el Colegio de Posgraduados encontró que en un muestreo que hicieron a cultivos de cereal en la entidad, el 40% resultó contaminado” y una suspensión de permisos a trasnacionales para la siembra “experimental, piloto o comercial, emitida por el Poder Judicial de la Federación, aún el Ejecutivo Federal, a través de la Sedesol, sigue entregando este cereal transgénico a los beneficiarios del subsidio “Cruzada contra el hambre” y “Prospera” (Fuente: Formato Siete)
La especialista explicó que afortunadamente a nivel regional o municipal no se sospecha la existencia de este tipo de sembradíos con semillas genéticamente modificadas, por lo que en cuanto a agricultura se vislumbra, opina que los alimentos y frutas, así como las verduras que consumimos pueden ser de la llamada agricultura tradicional o de temporal, por lo que en este aspecto se pudiese estar tranquilo siempre y cuando se tomen buenas decisiones al momento de adquirir estos alimentos.
A pregunta expresa de qué tan común es consumir este tipo de genes modificados, explicó que a nivel local esto es muy difícil, sin embargo, las empresas transnacionales si pudieran estar sometiendo sus productos a este de tipo de modificaciones para alcanzar algún grado de calidad o producción requerida, aunque esto a ciencia cierta no es comprobable ni mucho menos, señaló que la ciudadanía tiene la responsabilidad de velar por su salud cuando se tengan sospechas.
Explicó también que los alimentos transgénicos son aquellos que están genéticamente modificados, sobre todo los productos que son más perecederos como las frutas o verduras y que a través de estos genes se alarga su periodo de vida comestible, lo que a la postre le reditúa a los productores en materia de inversión, aunque como en todo producto experimental esto podría tener ventajas y desventajas, ya que está en juego la seguridad alimentaria y la preocupación por el medio ambiente.
Anunció que en este tema existen dos posturas, pues aunque se perciben algunas ventajas de este tipo de alimentos también existen otros factores de riesgo que deben ser considerados como tal, por lo tanto las desventajas de su producción son muchas y afectan a gran cantidad de agentes naturales, entre los que se incluye el ser humano y el medio ambiente.
La modificación genética y la incorporación de genes pueden llevar a la existencia y a la regeneración de nuevos agentes que produzcan alergias o intolerancias alimentarias frente a estos alimentos. No existen pruebas concretas de los posibles efectos que pueden tener los transgénicos en la salud humana, pero debe tenerse en cuenta que pueden representar un riesgo.