22 de Noviembre de 2024
 

Necesario cuidar la naranja de los ladrones y de las plagas

 

 

* Especialmente ahora que inicia la temporada de cosecha, con la que se espera cerrar el año con buenos precios

Facundo Bartolo Salazar

Es necesario cuidar la naranja de los ladrones y de las plagas, especialmente ahora que inicia la temporada de cosecha, con la que se espera cerrar el año con buenos precios, por lo cual los productores deben evitar esos dos importantes factores que pueden mermar seriamente sus ganancias, siendo importante cortar la fruta lo más pronto posible, recomendó Leobardo Pérez Rendón, citricultor.

Mencionó que “recién está comenzando la temporada de la naranja de tiempo, y en unos días se espera que mejoren los precios por tonelada, y es por eso que los productores deben ver la forma de vender la fruta tan pronto como puedan, pues de lo contrario, se la pueden robar, y ante eso no hay mucho que hacer, de la misma manera que con la plaga de pájaros que llegan hacia fin de año”. Reconoció que el robo de fruta, ya sea naranja o limón se ha empeorado, sin que haya realmente un freno para ese ilícito de parte de las autoridades, de tal manera que son los propios citricultores quienes deben tomar medidas preventivas.

Pérez Rendón comentó que tampoco se puede hacer gran cosa contra la merma de la fruta provocada por el ataque de pájaros, pues ese problema se da a toda hora y resulta muy difícil establecer una vigilancia contra animales de ese tipo, y matarlos tampoco sería una muy buena opción. Es por ello que considero conveniente que los citricultores hagan todo lo posible por aprovechar los buenos precios que habrá para la naranja hacia fines del presente año.

Dijo que, en relación a otras plagas, no hay otra opción que aplicar plaguicidas, conjuntamente con sustancias nutrientes, por lo menos cada tres meses, y solamente de esa manera es posible frenar enfermedades tan graves como el HLB, la cual ya está acabando con muchas huertas en la región. Sin embargo, atribuyó el deterioro y muerte de los arboles a la desidia de los propios citricultores, mismos que no hacen el esfuerzo de hacer las pruebas necesarias para llegar a la aplicación de plaguicidas y los nutrientes adecuados para salvar sus árboles cítricos.


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