Implica para los clientes la certeza de productos elaborados conforme a las normas sanitarias
Facundo Bartolo Salazar
Los expendedores de alimentos están dispuestos a obtener su certificación ante las autoridades sanitarias, pues definitivamente les conviene ofrecer a sus clientes productos elaborados conforme lo establecen las normas correspondientes, expresó Renato Treviño López, propietario de un establecimiento de ese ramo.
Añadió que en su caso particular, se encuentra en proceso de trámite el etiquetado del jugo de caña, que es el principal producto que tiene a la venta, en ocasiones combinado con yaca. Reconoció que esa gestión se está llevando un tiempo considerable, en virtud de que prácticamente no hay nada de investigación sobre el jugo de caña, lo cual implica comenzar prácticamente de cero.
Manifestó que en su carácter de productor de alimentos, el tener una certificación y registro ante las autoridades sanitarias significaría un aval para que los clientes y amigos que adquieren sus productos puedan tener la certeza de que van a consumir alimentos elaborados estrictamente conforme a las normas.
Insistió en que el jugo de caña es un buen alimento, mismo que es consumido con confianza por el público, pues el producto además tiene propiedades terapéuticas, las cuales son del conocimiento popular, nacido gracias a la experiencia de la gente. Dijo que son precisamente ellos quienes compran el citado alimento, razón por la que es una gran responsabilidad mantener calidad para su consumo.
Comentó que no solamente se trata de comenzar a vender informalmente productos como el jugo de naranja, de caña o de yaca, sino que es necesario buscar criterios que regirán esas actividades, con el fin de dar las debidas garantías a los consumidores. Se dijo agradecido con los clientes, quienes deben estar seguros de que se pondrán al día todos los requerimientos para la calidad y sanidad de los productos que se expenden en el negocio.
Destacó que se cuenta con el respaldo del Tecnológico de Martínez, y la Universidad Veracruzana, con lo cual se tiene la confianza de avanzar con mayor rapidez en los trámites relacionados con las responsabilidades inherentes a la elaboración de alimentos. Todo ello, con un enfoque de desarrollo local, pues en el caso del jugo de caña es un producto de esta región, cuya venta va cobrando auge en forma gradual.