Como parte del programa Rostros Felices que involucra a jóvenes en acciones humanitarias
Miguel Bautista
Como parte de las actividades de apoyo en la temporada invernal, Maricela Hernández Dinorín, coordinadora del programa Rostros Felices junto con un grupo de jóvenes llevará además de su visita a la Casa Hogar “la Esperanza de Dios” ropa invernal que fue recolectada de la ciudadanía en general como parte de las acciones solidarias humanitarias que inician los jóvenes en acciones benéficas, también para convivir con los niños y niñas de este recinto de ayuda.
Hizo énfasis en que no hay mejor temporada para expresar la ayuda y sentimientos de compasión que el mes de diciembre, por ello los integrantes de este grupo entregarán por igual chamarras, cobijas, pants y suéteres, pues en estas fechas es muy común las enfermedades de las vías respiratorias y su propósito es darles un poco de calor, al igual que a los adultos mayores, pues este evento se repetirá pero en el asilo de ancianos.
La finalidad expresó es que después de la convivencia, los jóvenes que nos acompañen sientan la necesidad de involucrarse con los problemas sociales, como la pobreza, el desempleo o el abandono de los adultos mayores e incluso la falta de oportunidades que muchos niños y jóvenes padecen en la actualidad, por lo tanto lo importante es brindar muestras de cariño, además de visitar a estas personas y sacarlas de su rutina.
Uno de los principales objetivos de la asociación civil es ayudar de diferentes maneras a las personas más necesitadas, aclarando que esto será solo el inicio de más obras benéficas, con la finalidad de seguir ayudando a los sectores vulnerables, y a quienes menos posibilidades de ayuda tienen.
El programa dio inicio desde hace unas semanas y el próximo sábado será la culminación de todo este arduo trabajo, pues hace unos días se les podía ver en el parque central de nuestro municipio haciendo una recolecta de mantas, colchas, pijamas, bufandas, calcetines, gorros, zapatos, ropa de cama, para grandes, jóvenes y pequeños, para hombres y mujeres.
“Lo que empezó siendo una pequeña obra benéfica entre un grupo de amigos, acabó convirtiéndose en un colectivo de varios jóvenes que con su gran corazón y conscientes de su labor social se tuvo la idea de ayudar a la gente más necesitada, que la pasan aún peor en época invernal, hemos contado también con la participación de la ciudadanía en general que ha reciclado sus prendas en lugar de tirarlas o regalar un poco de sí en cada donación, abasteciéndonos de importantes enseres de forma totalmente gratuita”, agradeció la coordinadora.
Agregó que se contó con una detallada planeación para la elección de las familias o los lugares a las que se deberían entregar las ayudas recogidas, calificándolo como una experiencia inolvidable, pues aclaró que cuando hay organización es muy fácil ayudar a los más necesitados, comentó.