*52 años de tradición
Brenda Pérez Aguilar
Como desde hace 52 años, corredores de la tradicional Antorcha de Guadalupe de Villa Independencia cumplirán su manda, por lo que ayer, después de una celebración eucarística partieron por la luz a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, para que este viernes 12 de diciembre puedan repartirla entre las familias y llenar de luz y esperanza los cientos de hogares martinenses.
Fue en punto de las 6 de la tarde, en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Villa Independencia, donde los corredores se congregaron para escuchar la santa misa y ser bendecidos por el párroco para que lleguen con bien a su destino; posteriormente, escoltados por una unidad de Cruz Roja Mexicana, delegación Martínez de la Torre, Tránsito y Vialidad, así como por sus familiares recorrieron parte del bulevar Manuel Ávila Camacho, donde el fervor guadalupano se dejó sentir al compás de las notas musicales en honor a la Virgen de Guadalupe.
¡¡Viva la Virgen de Guadalupe!!, expresaban los corredores, mientras avanzaban por el puente Martínez I y tomaron la avenida Ávila Camacho, para llegar al bulevar Luis Donaldo Colosio y en el entronque despedirse de sus familias, quienes le pidieron a la virgen que los cuide en todo momento y regresen sanos y salvos.
“Esta es la carrera número 52 de ir por el Fuego Guadalupano, somos un promedio de 35 corredores, van personas de todas las edades y más que una preparación física se requiere de una preparación mental, porque la fe es la que nos mueve y la emoción de sentir que estamos en la Villa para traer la luz a nuestra parroquia”, expresó Omar Peralta Méndez, corredor de la Antorcha Guadalupana.
Comentó que muchas personas hacen la promesa de ir uno o dos años, pero por ejemplo el señor Ubaldo Palacios lleva 32 años de estar participando, otras tienen 15, ocho años, pero la fe los mueve y cada año cumplen con esta manda de asistir a la carrera antorchista.
Indicó que es muy emocionante ver a sus familiares, amigos que los van a despedir, pero más aún cuando llegan con el fuego, porque los recibe toda la comunidad, la parroquia y colonias a donde llevan la luz de la esperanza.
Subrayó que, a fin de sufragar los gastos, empiezan a trabajar a partir de la segunda semana de enero, con ventas y rifas y a partir de mayo reparten oficios para los empacadores, quienes los apoyan con una aportación económica para pagar parte de sus gastos y cuando regresan, les llevan la luz y les hacen una oración a la virgen para agradecerles el apoyo otorgado.
Este año, los gastos se incrementaron, debido al alza de la cotización de los autobuses, por el incremento del combustible, porque en sí, es el mismo modelo de autobús y uniformes que cada año se renuevan, pero lo que nunca se podrá cambiar es la fe y el amor hacia la virgen de Guadalupe.