3 de Agosto de 2025
 

Poco qué celebrar este fin de año

Opinan las personas de escasos recursos de la tercera edad

Brenda Pérez Aguilar

            Mientras que la mayoría de las familias martinenses se reúnen para despedir y recibir el año nuevo con gran alegría y júbilo, además de disfrutar de una rica cena, para algunas personas sobre todo de escasos recursos y de la tercera edad, la noche del 31 de diciembre es como cualquier otra, donde cenan lo que tienen a la mano y se acuestan para dormir temprano.

            Tal es el caso de don Rafael Luis Vázquez, de 73 años, originario de Zaragoza, Puebla, quien desde hace más de diez años llegó a Martínez de la Torre para desempeñarse como cargador de los autobuses teziutecos, pero lamentablemente sufrió un accidente, le tuvieron que amputar una pierna y ahora se ve en la necesidad de pedir limosna afuera de la parroquia San Juan Bautista.

 

            “Yo llegué hace diez años aquí a Martínez de Zaragoza, Puebla, empecé a trabajar como cargador, después vino mi accidente, me quede sin una pierna y a partir de hace tres, cuatro años le pedí permiso al padre José Luis para que me diera oportunidad de ponerme aquí afuera de la parroquia, pero a veces me pongo aquí en la calle, porque entre semana casi nadie viene a la iglesia y yo tengo que comer y pagar la renta de mi cuartito”, expresó.

            Comentó que vive solo aquí en Martínez de la Torre y no tiene familia, paga la renta de un cuartito en la colonia Ejidal y por lo consiguiente se ve en la necesidad de salir a la calle para con su bote en la mano pedir el apoyo y tener algunas monedas para comer, por ello llega a la iglesia a las 10 de la mañana y se va después de las 8 de la noche.

            “El 24 de diciembre me la pasé solo, me compré una orden de tacos y eso llegué a cenar a mi cuarto, luego me acosté para dormir y para este 31 de diciembre voy a estar aquí afuera de la iglesia todo el día, ya en la noche me regreso a mi casa para cenar y me dormiré como cualquier otra noche, no sin antes pedirle a Dios que me siga dando salud para este año nuevo y para el primero de enero me voy a poner a lavar mi ropa y arreglar un poco mi cuarto”, subrayó.

 

            No obstante, recordó que en años anteriores, algunas personas de buen corazón, le han regalado una cobija, o le llevan algo de comer, o le dan 20 o 50 pesos para que tenga algo para su cena de fin de año, lo que les agradece porque algunas veces no tiene ni para comer y en su estado es muy difícil poder trasladarse. 


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