- Protestas no sirvieron para solucionar demandas de los hombres del campo
Miguel Bautista
Pese a que en diversas ocasiones los campesinos han decidido tomar las vías de comunicación en reclamo por la falta de apoyos y recursos, la situación sigue siendo la misma, así lo señalaron diversos campesinos de la sierra de Atzalan que nuevamente se manifestaron en tramos federales de la entidad para exigir el cumplimiento de las autoridades locales a cargo de Orlando Bocarando y de Gobierno del Estado.
Jesús Santillán, dirigente de la Unión de Ejidos Atzaltecos y Municipios Serranos, manifestó que las promesas que hicieran las dependencias estatales no habrían sido cubiertas totalmente, a pesar de la imperante necesidad en las comunidades serranas, por lo que hoy los campesinos se sienten traicionados por políticos corruptos que se llevan el dinero destinado a la reactivación del campo.
En este mismo sentido, aclaró que son las mismas dependencias agrícolas y sociales las que han sido cueva de ladrones que han usufructuado el dinero destinado al campo, prueba de ello son las constantes manifestaciones que se hacen en la región, y que a las autoridades municipales pareciera no importarle, pues los recursos que deberían haber llegado a las manos de los campesinos a través de proyectos, insumos y demás simplemente se queda en alguna parte.
“Dinero para tener un campo próspero lo hay, lo que no ha habido es honradez en el ejercicio del presupuesto asignado al agro”.
Protestas y más protestas
Hace apenas un par de días fueron los habitantes de las comunidades Copalillo, San Bartolo y el Azotal los que pedían el dinero de la rehabilitación de sus caminos, el cual ya había sido asignado y etiquetado, y por otro lado la Unión de Comunidades Serranas pedía a las dependencias estatales cumplieran sus encargos con la gente del campo, pero en lo que va de este gobierno las protestas, marchas, plantones y demás han sido una constante.
Los temas de los cuales se pide una solución son varios, y al igual que una u otra organización campesina no tienen más remedio según su visión que bloquear o marchar o si no son los habitantes de municipios que piden ser atendidos, el caso es que ya se volvió algo cotidiano exigir el cumplimiento mediante estos métodos.
Los reclamos han derivado en protestas para obligar a las empresas a la terminación de muchas obras, acercamiento de servicios, y dotación de insumos, pero el incumplimiento en su compromiso es por demás alarmante, concluyó.