Desidia o falta de dinero son las principales causas por las que no acuden a legalizar su última voluntad
José Miguel Bautista Hernández
En el Registro de Testamento Agrario no es tanto papeleo sino falta de asesoría, la desidia o la falta de dinero son las causas que hacen que un ejidatario no deje sucesor y deje un conflicto en la familia que posteriormente equivale a un costo elevado e inclusive romper la unidad familiar, indicó la licenciada en derecho Carmen Díaz Parra.
Existen tres maneras para registrar su uso preferente y evitar que el ejidatario o el propietario deje un problema a futuro, una de ellas es que el ejidatario o el interesado que cuente con certificado parcelario acuda directamente a Xalapa al Registro Agrario Nacional, mediante un trámite completamente gratuito, mencionó que el problema es que los ejidatarios tienen que trasladarse hasta la ciudad y el único costo que se genera es el del pasaje, pero gente de edad avanzada o gente enferma no lo hace.
La otra forma de dejar un testamento agrario es acudir ante un notario público, es otra vía en la cual el ejidatario puede manifestar su voluntad de a quién va a dejar como su sucesor preferente en caso de fallecimiento, pero éste si tiene un costo aproximado de mil 500 pesos, y los únicos requisitos que se les pide a los propietarios agrarios es acudir ante el notario, además de que la persona debe estar bien de sus facultades mentales y llevar dos testigos, refirió la entrevistada que el notario es el que cuenta con la responsabilidad de inscribir esa lista de sucesión ante el Registro Agrario Nacional para que esa lista de sucesión finiquite en el órgano registral.
Y la última vía de registro, mencionó la entrevistada que es esperar a que la Procuraduría Agraria implemente un programa donde se designa un empleado como registrador, otorgándole la fe pública para que los potentados no tengan que acudir a Xalapa ni tampoco tengan que hacer algún gasto, señaló que anteriormente había ese tipo de programas, y con los mismos requisitos mencionados tenían que comparecer el ejidatario titular y la Procuraduría Agraria se encarga de canalizar la lista de sucesión al Registro Agrario Nacional.
Indicó la entrevistada que en ocasiones se le sugiere a los poseedores que no dejen para después este tipo de papeleo, ya que se han presentado casos en los que los dueños no dejan su testamento y al morir quedan intestados, por lo cual se le pide a la familia que repartan los bienes y de no ponerse de acuerdo, se pone en venta la parcela ejidal y el importe resultante de la venta se divide entre los familiares.
Por último, invitó la entrevistada a que los ejidatarios acudan a asesorarse y a realizar su testamento agrario para que el día de su muerte no deje solo problemas familiares.