16 de Noviembre de 2024
 

Zonas de alto riesgo

Autoridades deben vigilar las condiciones en que se vive en varias colonias

Rutas establecidas en el municipio han sido susceptibles a inundaciones

Establecidas las zonas que deberán ser evacuadas primero, si llueve en exceso

 

José Miguel Bautista Hernández

 

Estamos iniciando la temporada de ciclones y huracanes, aunque hasta hoy todo ha permanecido en aparente calma, nuestro municipio al igual que algunos aledaños es susceptible a este tipo de fenómenos meteorológicos, esto es un serio problema sobre todo para aquellas familias que viven en zonas de alto riesgo, contabilizar a estas familias en esas colonias o comunidades llevaría algún tiempo, pero nuestro trabajo está enfocado a evidenciar todas aquellas rutas o zonas donde el peligro es un indeseable compañero.

Existen zonas donde aún no se recuperan del todo, las lluvias del pasado mes de septiembre fueron para muchos sinónimo de desastres, los nervios y el pánico de estas familias es más que justificado, siempre que llueve en gran cantidad.

 

 

Temor justificado

Aunque a ciencia cierta no se sabe el número exacto de familias viviendo en zonas de alto riesgo, si son conocidas aquellas en donde anida el peligro, sobre todo aquellas que están en las márgenes de algunos ríos, arroyos, e incluso caños de respuesta rápida que se vuelven una trampa mortal cuando se supera su capacidad de volumen de agua.

Sin duda alguna las lluvias encienden los focos rojos en las zonas donde se localizan los afluentes antes mencionados, la mayoría de ellas son susceptibles y que agrupa a las colonias más vulnerables de la ciudad.

Y aun cuando todos los esfuerzos vayan enfocados a ello, estas zonas e incluso algunas otras han establecido que muchos de sus habitantes están expuestos, en menor o mayor medida, a inundaciones, encharcamientos y calles anegadas cada vez que llueve.

 

Viviendas en peligro

En nuestro recorrido por estas colonias o comunidades nos hemos dado cuenta de algo en particular, las casas construidas en las orillas de estos afluentes casi todas han sido construidas muy precariamente solo con láminas y palos como si los habitantes de las mismas se prepararan siempre para volver a empezar, cuestión que no es del todo mentira, ya que muchos de ellos con sus pocas cosas vuelven a surgir en el mismo lugar, sin embargo aunque la lluvia en ocasiones les ha arrebatado sus pertenencias no tienen otro lugar a dónde ir.

El jefe de Protección Civil, Andrés Salazar Ojeda confió que hace unos días las zonas de riesgo y más vulnerables a inundaciones, entre ellos la congregación Hidalgo, Paso Largo, Cañadas, y por supuesto colonias como: Miguel Alemán, Miguel Hidalgo, Costa Esmeralda, El Arenal, Predio Vista Hermosa, la zona baja de la colonia Ejidal, entre otras, que según habitantes de las mismas, las anteriores administraciones no tenían un plan de desarrollo urbano adecuado y autorizaron asentamientos en zonas de riesgo.

 

Sin esperanzas de reubicación

Para Clara Durán Juárez, líder de la colonia Luis Donaldo Colosio, ha seguido muy de cerca estas historias, pues siempre ha estado al pendiente de sus vecinos, hasta ser una persona estimada por todos en esta zona, quien nos cuenta que son alrededor de 300 familias las que corren este peligro y quienes las inundaciones pasadas han dejado casi sin nada, incluso manifestó que en un lapso de tiempo posterior a estos fenómenos meteorológicos, personal de Sedesol levantó censos para apoyar a las familias afectadas, pero tristemente esta ayuda solo quedó en promesas.

Agregó que por fortuna anteriormente la CAPEV recibía a los damnificados, pero hoy en día estos son enviados al Centro de Desarrollo Comunitario, ahora ya ni siquiera tienen esperanzas de una reubicación, ya que las hechas anteriormente han fracasado.

Y es que la razón es muy simple, la mayoría de los terrenos en otros asentamientos humanos tienen grandes dificultades para escriturarse, y los servicios básicos como el drenaje y agua potable difícilmente les llegarán en forma directa, además aunque inapropiado, poco a poco se acostumbran a convivir con el peligro.

“Ahora los vecinos se han organizado para amontonar piedras y socavar estos afluentes a manera de prevención”, explicó: “esto ha servido en alguna medida, aunque la gente no considera que vive en zonas peligrosas, saben del riesgo que corren, pero no consideran que están en peligro, aunque lamentablemente el peligro es permanente, las anteriores administraciones no han solucionado nada, por lo que espero que ésta no sea igual”, dijo.

 

Vías de comunicación también son afectadas

Cientos de habitantes de la comunidad Cañadas, pertenecientes al municipio de Martínez de la Torre también padecen dichas situaciones, pero estos se mantienen incomunicados como consecuencia del afluente del río que lleva el mismo nombre, así lo aseguró Ivette Gil Villagrán, quien relató que debido al desbordamiento del afluente se pierde toda comunicación hacia la comunidad San José Acateno del estado de Puebla, aunque la cosa no para ahí, también al subir el cauce del arroyo San Francisco, justamente en la colonia donde se ubica el panteón con este mismo nombre los deja totalmente incomunicados a veces durante días, ya que tienen que esperar a que el agua baje su nivel para abrir la comunicación.

Ejemplos como este se dan en otras vías de comunicación, aunque este caso es el más sonado por tener ya muchos años de presentarse, acusando que las autoridades tampoco han hecho nada para actuar en favor de la comunidad, incluso subrayó que se estaba construyendo un puente de mayor magnitud en este lugar, pero nunca fue terminado, cuestión que pudimos constatar.

Aunque en esta comunidad realmente estas son solo las afectaciones mayores en medio de la misma atraviesa un caño que significa un dolor de cabeza cada vez que las lluvias son constantes, moradores de diez humildes viviendas son quienes representan el mayor riesgo, pues, debido a las precipitaciones pluviales, podrían sucumbir ante la fuerza del agua.

 

Sector citrícola, el más devastado

En un recorrido anterior, a las comunidades rurales de nuestro municipio, los habitantes de Paso Largo refirieron su inquietud de las familias que aún viven en zonas de riesgo, y es que pudimos constatar que familias enteras viven en una cercanía peligrosa con el río que atraviesa la comunidad, haciendo de éste un peligro inminente.

El señor Roberto Martínez Comonfort, comentó que debido a las pasadas inundaciones fueron más de 100 personas las que tuvieron que buscar refugio en el albergue que se instaló en la Casa del Campesino de esta comunidad ejidal, sin embargo año con año las lluvias provocan que las familias vivan en un riesgo latente, pues la cercanía con el afluente es de aproximadamente 200 metros.

La citricultura también padece los estragos de las lluvias, pues según su versión cerca de 40 productores vieron sus tierras de cultivo anegadas, y aunque algunos lograron recibir apoyos, en este sentido no todos corren con la misma suerte.

Cuestionado acerca de la producción que se perdió debido a las pasadas inundaciones, explicó que sí hubo apoyo de la Sedarpa, pero que solo resultaron alrededor de 30 personas las que lo consiguieron, pero que fue insuficiente, pues en este caso fueron seis veces las que entró el río a las parcelas declarando pérdida total la producción de este año, las comunidades a las que se aplicó este apoyo fue La Colmena, Zapote Bueno y Paso Largo, sin embargo los productores han tenido que comprar planta nueva para suplir la producción perdida.

La misma situación vivió la congregación Hidalgo quienes alrededor de una decena de ocasiones vieron sucumbir la producción, al igual que Cañadas y algunas comunidades más que aunque no se ha dado un estimado de daños, se ha presentado una cifra alarmante en cuanto al número de ejidatarios afectados, ya que solo el 5 por ciento se ha protegido con un seguro en casos de desastre, pero el resto vive en indefensión total.

 

No hay para cuándo mejorar

Aunado a todas estas historias, o señalamientos, el problema es creciente, ya que hasta el momento ninguna autoridad ha logrado mantener cauces y orillas de afluentes sin viviendas, los habitantes siguen sin entender el peligro, pero también siguen sin poder cambiar de dirección, ya que muchos no tienen a dónde ir.

Se dice que están en zonas de riesgo debido a que están asentadas en cortes en los terrenos que han debilitado el suelo, algunas grietas en los asentamientos se han formado debido a las fuerzas del agua y siempre a la espera de la más leve lluvia para comenzar su dantesca devastación.

Muchas personas se han provisto de magras defensas, costales de arena, rellenando con piedras las entradas u orillas de afluentes a manera de muros de contención, pero esto realmente se percibe como precario para defender las viviendas o contener el agua en caso de lluvias extremas, lo que aumenta el riesgo en suelos inestables o arenosos.

Aunque la responsabilidad es compartida, se debería trabajar más en este aspecto para mejorar la situación de estas familias, solo basta con echar una miradita a las condiciones en las que se encuentran varias colonias de nuestro municipio y empezar a trabajar esta asignatura que aún queda pendiente, pero que año con año se recrudece, todo ello para no esperar a que se tengan mayores pérdidas que las materiales.

 

“Es inseguro vivir aquí. Tengo tantos años de estar aquí, pero ya nos da miedo que una lluvia dañe nuestros hogares, no es la primera vez que pasa, año con año es lo mismo, sin darme cuenta ya estoy viviendo en una zona de riesgo”, Mari Hernández, pobladora de la calle Miguel Hidalgo en la colonia Luis Donaldo Colosio.


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