Existe competencia desleal de concentrado artificial contra el saborizante natural de vainilla
Facundo Bartolo Salazar
Falta promoción para la vainilla, sobre todo en espacios subsidiados por las dependencias de los tres niveles de gobierno, cuyo deber es apoyar la producción y comercialización del aromático, especialmente ahora que su precio comienza a reaccionar en el mercado, indicó Miguel Ángel Acosta Carmona, productor y artesano de ese producto.
El entrevistado mencionó que gracias a las condiciones climáticas que han favorecido lluvias frecuentes en esta región, se espera una buena cosecha de vainilla para fines del presente año, confiando en que el kilogramo de ese producto alcance hasta 250 pesos en verde, tal como sucedió el año pasado, e incluso se esperaría que su cotización repunte aún más para beneficio de los productores.
Ante ese panorama, Acosta Carmona opinó que las dependencias de los tres niveles de gobierno deberían volver su mirada hacia la vainilla, siendo un noble producto, con amplias posibilidades de generar mayor rentabilidad y empleo en el campo. Reveló que en los últimos años, la esencia de origen natural ha sufrido la competencia desleal de sustancias artificiales como la cumarina, misma que a pesar de ser más económica, puede ser cancerígena.
Naturalmente, Miguel Ángel Acosta reconoció que los consumidores prefieren los productos más baratos con presencia en el mercado, no obstante, insistió en que es precisamente en ese ámbito en el que se requiere del apoyo estratégico de las instancias gubernamentales, mismas que deberían financiar en beneficio de los productores y consumidores, campañas promocionales de la vainilla natural, propiciando que además de barato, ese producto sano pudiera estar al alcance de todos los bolsillos, generando así beneficios económicos.
Dijo que no es justo que sustancias como la cumarina compitan en forma desleal con la vainilla natural, ocasionando con ello el estancamiento del cultivo que se desarrolla perfectamente en esta región y debería ser una buena opción para la diversificación del campo, sabiendo de la caída de la caña de azúcar y de la incertidumbre que constantemente acecha al sector citrícola, derribando por los suelos su rentabilidad.