17 de Noviembre de 2024
 

Ser socorrista, orgullo que se lleva en la sangre

La satisfacción más grande: “cuando te dicen gracias”

 

Brenda Pérez Aguilar

 

            Como una forma de agradecimiento, Sabino Palestina Ruiz, quien ingresó hace ya ocho años a la Benemérita Cruz Roja Mexicana, delegación Martínez de la Torre, después de que su hija sufriera un accidente y al ver la atención que le brindaron, quiso también apoyar a la sociedad como socorrista y operador de  ambulancia.

            “Algunos de mis compañeros también han ingresado aquí por agradecimiento, por la atención recibida a algunos de sus familiares y otros que han ingresado voluntariamente para tener los conocimientos básicos de Seis Acciones para Salvar una Vida”, destacó.

            Mencionó que como voluntario de la Cruz Roja sacrifican mucho su tiempo, donde pudieran estar con la familia, sin embargo están encuartelados en la delegación, atentos para brindar el servicio que se llega a requerir.

 

            Palestina Ruiz recordó que a veces están en la tradicional posada que les hace la delegación a punto de cenar, con el plato en la mesa, cuando suena el teléfono y tienen que salir a una emergencia y más si están de guardia, pero también cuando están en sus días de descanso en su casa, o celebrando algún convivio o comiendo y les piden su apoyo, tienen que asistir.

La satisfacción más grande de un socorrista

            “Estos ocho años me han dejado una gran satisfacción, porque a veces cuando estoy en el súper comprando, se me acercan familiares de algunos lesionados para saludarme y agradecerme por la atención prestada, pero realmente no los recuerdas a todos, pero ésta es la satisfacción más grande que puede recibir un socorrista”, externó.

Los segundos pueden salvar una vida

            Los segundos son vitales para una persona lesionada y más si sus heridas son muy severas, pero cuando no les ceden el paso en un servicio de emergencia puede ser drástico para el paciente y más si en el trayecto les bloquean la vialidad, aunque hasta este momento no han tenido ningún deceso, debido a este problema.

Falta educación vial

            “Sería muy favorable que los conductores hagan una mayor conciencia, porque a veces hemos batallado con las personas que suben los vidrios de sus carros, llevan su clima y música a todo volumen y distraídos al grado que no alcanzan a escuchar la sirena de la ambulancia”, puntualizó.

Importante, los primeros auxilios

            Aunque apenas tiene dos años como socorristas en la Cruz Roja Mexicana, delegación Martínez de la Torre, María Guadalupe Vázquez Hernández, dijo que gracias a que ya tiene conocimientos básicos en los primeros auxilios ha podido aplicarlos en su familia, pero también apoyar a otras personas cuando salen a brindar un servicio.

            “El ser parte de esta noble institución, es algo muy satisfactorio porque apoyas a muchas personas de diferente clases sociales, hombres y mujeres de diferentes edades”, comentó.

            Cuando Cruz Roja requiere del apoyo de la población, indicó, es durante la colecta anual y también de los voluntarios, donde se hace presente para auxiliarlos en todo lo que se pueda, pues como socorrista sabe acerca de las necesidades de la institución.

La emergencia que más recuerda

            “Me tocó ir con mis compañeros para auxiliar a una señora que acudió para tener a su bebé con una partera, pero el caso se complicó y la partera no pudo atenderla, nos llamaron y me impactó verla tirada, llena de sangre y más porque ya estaba muy blanca, posteriormente la trasladamos al hospital, pero ya iba muy grave; afortunadamente se logró salvar al igual que a su bebé”, remarcó.  

Cruz Roja, una gran familia

Como una gran familia, calificó Gustavo Martínez Guzmán, técnico en urgencias médicas nivel básico a la Cruz Roja, quien dijo que lo más bonito de pertenecer a esta institución es cuando les dan las gracias por un servicio prestado.

Una de tantas experiencias

            “Los servicios más tristes son de los infantes, porque no miden la consecuencia de las cosas, una vez acudimosa un llamado, era una niña de escasos siete años que la estaba persiguiendo un perro y por correr del perro, se subió a su cama y se pegó con el filo de la base, se pegó en el pie, se abrió la espinilla, se le veía el huesito, le salía mucha sangre y rápidamente la trasladamos al IMSS”, recordó.

Seguirá preparándose

            En el próximo mes de julio, ingresará a la universidad para cursar la licenciatura en psicología, pero seguirá como voluntario porque Cruz Roja es Cruz Roja y ya son parte de una familia.

 

            Para finalizar, invitó a los jóvenes de 18 años en adelante y población en general para que vivan esta experiencia, la cual seguramente les gustará, porque es una labor loable y altruista. 


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