-Abuelita fue atropellada por un conductor plenamente identificado, desde hace seis meses está en silla de ruedas, duermen y mendigan alimento en el hospital, la justicia no llega
Por Miguel Bautista
Una trágica historia es la que está viviendo una abuelita que fue atropellada desde hace seis meses y que pagó un alto costo por culpa de chofer irresponsable, el cual le dejó en silla de ruedas sin hacerse cargo de su situación.
Nicolás Zúñiga Mestiza, hijo de la señora Emilia Mestiza refirió que al venir caminando sobre el libramiento de esta ciudad, una camioneta conducida por Luis Briones al echarse de reversa alcanzó a impactarla, ocasionándole fractura de espina dorsal y pierna, mismas que le han dejado en silla de ruedas desde ese momento.
Siguiendo con el relato de los afectados, llegaron al Hospital Civil General Manuel Ávila Camacho de esta ciudad, pues el conductor les pidió que no denunciaran y que se haría cargo de los gastos; sin embargo, solo les mintió y aunque cuentan con el Seguro Popular, este no cubre dos cirugías que requiere para recuperar la movilidad, aunque tampoco se cuenta en este nosocomio con dicha atención, pues se requiere de un tercer nivel de atención, cifrado en poco más de 100 mil pesos ambas operaciones, además de que aseguran la abuelita está perdiendo el habla e incluso en ocasiones el conocimiento por el golpe recibido en su cabeza.
Al ver que el responsable no cumplía con apoyarlos, optaron por demandarlo ante la Unidad Integral de Procuración de Justicia de la Fiscalía General de Justicia de Martínez de la Torre, pero en este lugar aunque se citó al responsable, dijo que no se haría cargo y la misma respuesta obtuvo por parte de quienes imparten justicia, pues argumentaron que en este caso no se podía hacer nada y se turnaría su expediente ante el juez de control en la ciudad de Misantla.
Finalmente madre e hijo señalaron que piden el apoyo de la ciudadanía, pues médicamente tampoco ya no se puede hacer mucho y solo controlan los dolores e infecciones con antibióticos, mientras tanto duermen en un local a las afueras del Hospital Civil y mendigan alimento, pues el hijo de doña Emilia Mestiza tampoco puede trabajar debido a que por instrucciones médicas, no puede dejar a su madre sola.
