Autoridades deben prestar atención a este tipo de grupos vulnerables
José Miguel Bautista Hernández
Martínez de la Torre, Ver.- Luego de darse a conocer la noticia del fallecimiento de una de las personas indigentes más conocidas en nuestra ciudad a la que llamaban “Mary”, las redes sociales se han promulgado en favor de dar a los indigentes y pacientes mentales un trato digno, ya que la mayoría vive en situaciones inhumanas y deplorables, por lo que algunos prefieren ignorarlos o en el peor de los casos maltratarlos.
Aun cuando se sabía que la referida persona recibió un trato digno en sus últimos días de vida, sobre todo ayudada por empleados municipales y personas de buen corazón, la ciudadanía la observaba día con día recolectar periódico para sobrevivir.
“Abatida por las múltiples enfermedades que le aquejaron una buena parte de su vida, Mary vivió sus últimos días en las antesalas de las oficinas del gobierno municipal… o en cualquier lugar de la calle que le protegiera de las inclemencias del tiempo.
En ocasiones, quizá por su carácter irrascible, vilipendiada por personas sin corazón y las más de las veces socorrida por hombres y mujeres caritativos que vieron en Mary, a cientos de hombres y mujeres de la tercera edad en situación de abandono familiar o en ocasiones sin origen y en el mayor de los casos, sin fortuna.
De fuentes confiables se sabe que su nombre real fue Guadalupe Ortega Bonilla; que era originaria de la congregación El Pital, perteneciente actualmente al municipio de San Rafael y que su edad superaba los 60 años de edad”, escribió en su página de red social el cronista municipal de esta ciudad, Melquíades Castro Aguilar, quien compartió dicha información a algunos medios informativos de la ciudad.
También entrevistado al respecto, evidencio que este caso no es aislado, pues históricamente son varias las historias de personas que padecen dicha situación y que deberían ser ayudados por las instituciones asistenciales de ayuda en nuestro municipio, y que muchas de éstas han sido abandonadas a su suerte por los propios familiares e incluso sus hijos, luego de que recibieron todo su apoyo cuando lo requirieron, devolviendo con ingratitud dicha acción, puntualizó.
También comentó que son decenas de personas de todas las edades, ya sea que radican en nuestro municipio o provengan de diferentes latitudes y que son traídas a mendigar, por lo que este caso ojalá sirva para referenciar dichas cuestiones poniendo especial énfasis en dar un trato digno y decoroso a este grupo vulnerable por parte de la sociedad, e incluso en caso de no poder hacerlo al menos no maltratarlos como comúnmente sucede, finalizó.