Por Álvaro Guerrero
Se presentaron diversas irregularidades previo y durante la asamblea distrital de la elección de delegados del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), lo que generó molestia por parte de la militancia que acudía al proceso interno del partido, porque esperaban que la contienda fuera dominada por la democracia, como regularmente ocurre con otras fuerzas políticas que gobierna la corrupción.
La asamblea comenzó con un gran retraso, porque varios integrantes de Morena llegaron tarde, porque muchos provenían de municipios lejanos a este, además, de que el registro era muy lento para que pudieran acceder al lugar, pues solo permitían a 10 personas al registro, lo que contribuyó que la reunión comenzara cuatro horas más tarde de lo marcado en la convocatoria.
Entre las acusaciones que evidenciaron varios militantes durante la jornada, se destacan el acarreo de personas, compra de conciencias, promesas de apoyos de gobierno, entrega de papelitos por parte de algunos funcionarios, la presencia de personas que no llevan un año de militancia, la fuerza de Seguridad Pública en el recinto, la participación de funcionarios públicos, entre otro tipo de señalamientos que fueron evidentes para los asistentes.
La presencia de funcionarios públicos por parte del gobierno federal como estatal en el proceso hizo que hubiera desconfianza entre la militancia, como fue en el caso de la sub delegada del Gobierno Federal, Liud Herrera Félix, quien presuntamente estuvo ayudando a varias personas.
En el caso de los funcionarios estatales, algunos estaban entregando papelitos para que la votaran por esas propuestas, esas acciones fueron evidentes por la delegada de la SEV Claudia Camacho, así como de Carlos Torres, que es identificado por trabajar en la SEDESOL, de igual forma del jefe operador de la CAEV Sergio Ubaldo Luján Mejía.
En los papelitos que entregaban esos funcionarios se destacaban los nombres de Alejandro Osorio Alvarado, Nidia Salazar, Cirilo Orduna Camacho, entre otros, que muchos de los militantes desconocían quienes eran esas personas, pero lo hacían con la esperanza de recibir un programa de gobierno.
Cabe destacar que Alejandro Osorio Alvarado fue acusado en la contienda por tener un cargo popular, sin embargo, este se dijo que había renunciado, pero nunca presentó ante la asamblea una documento que comprobara que realmente dejó de trabajar para el gobierno.
