-Es claro que con la ocurrida en este año que termina los daños en las huertas son difíciles de superar
Por Facundo Bartolo Salazar
Los citricultores no soportarían otra fuerte sequía en 2020, pues es claro que con la ocurrida en este año que termina los daños en las huertas son difíciles de superar, y sobre todo por las simulaciones que son comunes en las dependencias de gobierno, donde no es claro si van a ayudar o no, y a final de cuentas no cuentan con un plan de situaciones catastróficas, ni un presupuesto destinado para ello, señaló Leobardo Pérez Rendón, en su carácter de productor.
Manifestó que “no nos queda otra opción a los citricultores, más que ser nosotros los que tengamos que comenzar a hacer planes, para saber exactamente lo que debemos hacer, en caso de presentarse nuevas contingencias que afecten nuestras plantas, ya sean de limón o de naranja”. Reconoció que, definitivamente, no se trata de una tarea sencilla, pero recordó que es necesario dejar en manos de los gobiernos todas las decisiones que competen a la producción citrícola, y en todo caso, los productores ya deben aprender por lo menos a hacer planes para que al menos lleguen a las dependencias de gobierno y sepan qué van a pedir.
Pérez Rendón consideró que al tener planteamientos más definidos, sería posible ahorrar mucho tiempo en llevar a cabo gestiones, porque precisamente, los funcionarios acostumbran complicar los asuntos, buscando que a final de cuentas se agoten los términos, de manera que haya menos posibilidades de bajar apoyos. Dijo que es increíble el hecho de que proyectistas altamente capacitados reconozcan que en las dependencias les rechacen los proyectos tan solo por un punto o una coma, y ni siquiera se trate de errores reales relacionados a presupuestos o cualquier otro aspecto importante.
Dada la situación, es claro que hay mucho por hacer para prevenir mayores afectaciones en las huertas, en caso de que se presente una fuerte sequía el próximo año, tal como ya se vaticina. Lo anterior, tomando las riendas los citricultores de su propia lucha, pues a final de cuentas ellos son los más afectados, y nadie más parece preocuparse por su problemática.