Por tendencia del director de hacer negocio con ese tipo de actividades, afirman maestros
Facundo Bartolo Salazar
El Instituto Cultural Kinchikkan no será de beneficio para la población que busca espacios en los cuales dar cauce a sus inquietudes, en lo que se refiere a actividades culturales y artísticas, sin gastar mucho dinero, dada la situación económica que impera.
Lo anterior fue señalado por maestros que impartieron clases en la Casa de la Cultura en la pasada administración local, quienes señalaron que, siendo responsable de esos espacios Alejandro Betancourt Romagnoli, lejos de brindar apoyo, prácticamente les cobraba por impartir sus clases, visualizando las actividades culturales y artísticas como un negocio para unos cuantos. Esto, mientras los maestros hacían grandes esfuerzos para cumplir con su labor, incluso aportando de sus propios recursos en beneficio de sus alumnos.
Recordaron que fue el responsable de que hacia finales de la administración municipal de José de la Torre Sánchez, la situación de la Casa de la Cultura se tornase más que precaria, con mobiliario viejo y en mal estado, así como múltiples carencias que hacían prácticamente imposibles las labores a realizar.
Destacaron que Betancourt nunca compró ni mobiliario ni materiales nuevos, sino todo lo contrario, a pesar de que hubo un momento en que presentó un proyecto ante el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), mediante el cual prometió que mejoraría sustancialmente la Casa de la Cultura, -lo cual nunca sucedió-, a pesar de que recibió cuantiosos recursos gracias al proyecto en cuestión, de los cuales nunca rindió cuentas.
Los maestros inconformes afirmaron que, dada la situación que se tornaba insostenible en la institución, varios de ellos se vieron obligados a abandonar sus cursos, pues consideraron que era inaudito que tuvieran que pagar por dar sus clases, además de las carencias e incomodidad que tenían que soportar para trabajar con sus alumnos.
Por ello, reiteran que Alejandro Betancourt Romagnoli no es la persona indicada para dirigir un organismo de carácter cultural, mucho menos si es particular, pues es claro que con mayor razón, tomaría esos espacios como su negocio, sin posibilidades para quienes con poco dinero aspiran a tener una formación en ese ámbito.
Refirieron que, en cambio, ha nacido ya en la colonia Ejidal otra posibilidad de que la población pueda disfrutar y en su caso participar en actividades culturales y artísticas. Mencionaron que ese caso es muy diferente, pues el propietario del lugar ejerce y siente el amor por esas expresiones, lo cual lo ha motivado a compartir todo ello en espacios apropiados prácticamente para cualquier evento o actividad de ese carácter.