Los jóvenes de hoy día no se interesan por preservar las danzas
Jorge Parra
A punto de desaparecer se encuentra una de las danzas más representativas que marcan la historia del municipio de Misantla, la falta de apoyo de las autoridades, la precaria situación económica de la parte serrana del municipio y otros factores culturales amenazan con extinguir la “Danza de los Pilatos”.
Enseñada a los antiguos pobladores de Pueblo Viejo, por los evangelizadores, esta danza se ha bailado cada 20 de enero desde tiempos inmemoriales, sin embargo hoy se encuentra amenazada pues cada vez son menos los jóvenes que desean aprenderla, a lo que se le suma que en la comunidad solo una persona conoce las melodías que se tocan y que son bailadas por los danzantes.
Con más de 60 años don Antonio Chávez, de oficio campesino, es quien aprendió desde muy joven a tocar las melodías de “Los Pilatos”, cuenta que su padre y otra persona eran quienes tocaban pero nunca le gustó que le enseñaran, así que aprendió de “oídas” y de miradas, desde chamaco, Antonio Chávez, comenzó tocar y hoy es el único en la comunidad Pueblo Viejo que conoce las melodías de esta antigua danza.
Don Antonio me cuenta que él fabricó su propia flauta, es una flauta negra muy maltratada por el tiempo, su compañera de muchos años, pero al verla bien de cerca te das cuenta que no es de madera y entonces me dice que la flauta está hecha de un pedazo de manguera.
Así de un pedazo de manguera inservible a simple vista don Antonio, saca las melodías que visten la danza de Los Pilatos.
Él cuenta que esta danza representa el pasaje bíblico, donde el Rey Herodes, mandó a matar a los niños para así evitar la llegada del Mesías, y es por esta razón que entre los jóvenes que bailan hay un niño pequeño con una corona, el cual es protegido todo el tiempo por un danzante que reta a los soldados carga al niño en su espalda para evitar que los diablos, como ellos les llaman lo atrapen.
Don Antonio me comenta con cierto pesar que durante las fiestas del 450 aniversario de Misantla, el pasado 20 de enero, por primera vez la danza no iba a ser presentada, el motivo era simple, los trajes no estaban completos, y es que cada traje tiene un costo de entre tres y cinco mil pesos, pues el traje está hecho de terciopelo rojo, bordado de chaquiras, y cada máscara es fabricada de raíces de cedro, las máscaras son hechas ahí en Pueblo Viejo, por un carpintero, que también es el único que las fabrica, además de los tocados los cuales deben ser hechos con crines de caballo y cada traje debe ser costado por la familia de los danzantes, y la situación económica los convierte en algo casi inaccesible.
Pese a la falta de trajes, Los pilatos como le llaman, salieron a bailar el pasado 20 de enero, nos dijeron que iban a venir de otras partes a bailar y no podíamos quedarnos atrás, me dijo don Antonio al preguntarle porqué habían decidido bailar.
Hasta la fecha me comenta Jorge Ramos, un joven activista de la Comunidad quien fuera agente municipal, que no han logrado llamar la atención de las autoridades para que estas apoyen la conservación de esta danza, la cual me comenta que cuando falte don Antonio, la música desaparecerá pues hasta el momento no hay nadie más que conozca la melodía y con el tiempo también el último traje que queda completo desaparecerá, dejando un gran vacío cultural en la historia de Misantla.