28 de Noviembre de 2024
 

Pederastia, un mal que le duele a Misantla

Jorge Parra

Previsto en el artículo 203 del Código Penal Veracruzano  como un delito grave, la pederastia es algo recurrente en el distrito judicial de Misantla, por lo que la problemática fue calificada como alarmante y preocupante por la titular del Ministerio Público (MP) Especializado en Delitos Sexuales y Contra la Familia, Dulce Yanet García Castañeda.

 “En el distrito judicial es alarmante y preocupante, toda vez que la pederastia es un delito grave y no alcanza fianza”.

En este sentido se debe destacar que contrario a lo que se piensa, la pederastia no se refiere únicamente al abuso infantil sino que ésta de acuerdo a la ley, contempla el sometimiento a una relación sexual a cualquier menor de 18 años.

A decir de la MP, a pesar de que los sujetos activos, es decir quienes cometen el delito, saben que no alcanzan fianza, estos en  su mayoría aún tienen la creencia de que al tener el consentimiento del o la menor de edad la ley no puede alcanzarlos, sin embargo esto no es así.

De acuerdo a lo establecido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ley es clara y especifica que los menores de edad no tienen la capacidad de comprender el impacto del acto sexual, por lo que aún con el consentimiento del menor éste no deja de ser delito.

 

A decir de la especialista en este distrito judicial, el delito de pederastia afecta mayormente a los adolescentes, sin embargo asegura que este problema muchas veces se gesta dentro del seno familiar, por lo que hizo hincapié en que la familia y la comunicación juegan un papel importante.

La función de los padres:

Generalmente el concepto de “núcleo familiar” es concebido como un lugar de tranquilidad, que brinda paz y seguridad a quienes forman parte de él, sin embargo no siempre es así y de acuerdo a los casos que se atienden en el Ministerio Público especializado, es ahí en el núcleo familiar donde muchas veces las conductas de los padres llevan a los hijos, sobre todo a las adolescentes a ser parte de las estadísticas de pedarastia de esa oficina.

“A veces las niñas tienen problemas dentro del núcleo familiar, por alguna conducta de violencia física, psicológica o en ocasiones por carencias afectivas de parte de un miembro de la familia o de los mismos padres y buscan refugiarse en una relación que no es sana, que no es bien vista moralmente y que está calificada como delito grave en la ley, como es el caso de la pederastia, donde si bien es cierto que tienen consentimiento, también es cierto que se aprovechan del estado emocional, psicológico o físico en que se puedan encontrar las menores en relación  con los problemas que vienen arrastrando del núcleo familiar”.

Para la ley, las menores que aceptan tener relaciones sexuales con personas mayores que ellas, no están calificadas para entender el acto sexual como tal, sino  que “ellas buscan un escape”.

Pero el sometimiento a una relación sexual no es exclusivo de los adultos, sino que éste se da incluso en niños y adolescentes, pues estos casos también se han atendido en la agencia especializada, y aunque cada caso tiene su origen particular, la licenciada Dulce García Castañeda manifiesta que estas conductas sexuales negativas muchas veces obedecen a la imitación.

“Se han dado casos de que menores de 18 años o niños en edad de primaria sometan a las niñas a una cópula sin tener en sí el conocimiento del acto que están realizando, lo realizan como una conducta tal vez de imitación, tal vez por la cuestión de que los niños están abiertos a las redes sociales y los medios de comunicación haciendo un mal uso de ellos, allegando a cuestiones que los perturban y los perjudican moralmente”.

¿Cómo detectar a una víctima?

Cómo podemos detectar cuando un menor de edad está teniendo una conducta sexual incorrecta o está siendo víctima de pederastia

El primer síntoma de que algo no está bien con un niño o adolescente, es sin duda el cambio de actitud, dice la especialista.

“La víctima siempre va a mostrar un cambio de actitud en su comportamiento, en el comportamiento sexual siempre va a buscar ocultamiento, el aislarse de su familia, el no querer hablar, el repeler al sexo opuesto o al sexo que le está causando la relación sexual”.

Y abundó “en los menores agresores se puede dar el caso de que se vuelvan más agresivos en su conducta, en las exigencias familiares y en las exigencias para obtener lo que ellos quieren a costa de lo que sea”.

 

La entrevistada finalmente dijo que los padres son quienes pueden prevenir estas situaciones, y recalcó que para ello no basta cumplir con las obligaciones monetarias, sino que es indispensable pasar tiempo de calidad con los hijos, pues solo así podrán observar los cambios de conducta, y brindarles seguridad y sobre todo confianza para hablar de esta problemática.


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