Desapareció en el año 62 llevándose consigo parte de la historia
Jorge Parra
“Era un cañón con ruedas, y en la noche del 15 de septiembre lo rellenaban con confeti, verde, blanco y rojo, y los soldados lo detonaban”, dice el cronista de la ciudad Ángel Miguel Cuevas, a quien acudimos para preguntarle si en verdad Misantla, tenía un cañón tal como aparece en el escudo de armas de la ciudad.
Y una breve plática en la sala de su casa, comenta como él cuando era niño, alumno de la escuela Manuel Gutiérrez Zamora, al igual que mucha gente de la ciudad, esperaba con ansia la llegada del mes patrio para ver cómo los soldados detonaban el cañón.
“Se oía, boom, y salían todos los papelitos de colores” de acuerdo la investigación realizada, este cañón, que formó parte de la infancia de muchos misantecos, y que además históricamente tenía o tiene un gran valor al ser un vestigio de la revolución mexicana, de pronto un día desapareció, se estima que pudo haber sido en el año 1962, durante una revuelta política, que muchos recuerdan como el “Movimiento Verde”.
“Era un cañón de infantería, tenía ruedas para ser desplazado, y servía perfectamente, el cañón, estaba siempre en la entrada del palacio, ahí paradito, y solo se sacaba durante la noche del 15 de septiembre”.
Se estima que este artefacto fue abandonado por los revolucionarios, quienes dejaban sus armamentos ocultos o abandonados y partían con la “bola” a otros lugares y no regresaban dejando el armamento abandonado en diferentes puntos de la ciudad, incluso de acuerdo al registro histórico del cronista de la ciudad, al construirse el edificio que hoy alberga a la escuela Manuel Gutiérrez Zamora, durante las excavaciones, se encontró una especie de agujero en la pared del cerrito, en el que había armamento de los revolucionarios, armamento que se había quedado escondido y que décadas después fue descubierto por albañiles y del que hoy se desconoce su paradero.
Este hallazgo generó el mito de los túneles que conectan a la escuela Manuel con diferentes partes de la ciudad de Misantla, pero esa es otra historia.
Y según cuentan quienes vivieron los movimientos sociales de esa época, el desorden social era tal, que un grupo de inconformes con la imposición del PRI en esta ciudad, no solo tomaron las calles sino que terminaron apoderándose del palacio municipal, después de la revuelta se formó un Consejo Municipal y posteriormente se realizó la elección del presidente municipal, sin embargo a la llegada del nuevo gobierno, el cañón ya había desaparecido, hoy en día hay quienes dicen que el cañón permanece aquí en manos de particulares, sin embargo hasta el momento no se ha podido comprobar esta teoría.
Lo cierto es que así, en un abrir y cerrar de ojos, uno de los mayores símbolos de esta ciudad desapareció llevándose consigo parte importante de la historia de Misantla, y llevándose también parte del sentimiento nacionalista, pues cuentan quienes lo vieron que al llegar el 15 de septiembre, los misantecos se preparaban y no solo para ir a dar el grito sino también para ver llover papelitos tricolores, que llenaban el parque después de un sonoro ¡booom!
