- Criminales, sin fuertes nexos con el Cártel de Sinaloa o Cártel Jalisco Nueva Generación, dicen
EL UNIVERSAL
CDMX.- El Tren de Aragua, la organización criminal venezolana que ha logrado infiltrarse en países como Chile, Colombia y México, en realidad no preocupa por su capacidad operativa o nexos con grandes agrupaciones delictivas, sino por la rápida expansión que registran sus actividades en todo el continente, según afirman especialistas.
Enfocado en la extorsión, el narcomenudeo y la trata de personas migrantes, el Tren de Aragua recuerda a la operación de franquicias y a la que sostuvo en su momento la Mara Salvatrucha, asegura Luis Leal, internacionalista con estudios sobre crimen organizado por la Universidad de Copenhague.
“Opera en pequeñas células, con alianzas locales. Suelen ofrecer facilitar el trasiego de drogas a cambio de protección. Su capacidad es local, no se asemeja a los grandes cárteles colombianos ni mexicanos, son más como intermediarios entre los grupos criminales donde se originan las drogas y los que distribuyen”, explicó Leal a EL UNIVERSAL.
Armando Vargas, coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa, dijo a su vez que se ha identificado en México, sobre todo en la frontera norte, donde la organización criminal controla el flujo de personas a Estados Unidos.
“Aunque el Tren de Aragua llegó a México por la frontera sur, con los flujos migratorios se instaló primero en Chihuahua, controlando el paso de personas venezolanas en alianza con los cárteles estatales.
“El Tren de Aragua se enraíza en el lugar al que llega explotando los flujos de venezolanos en tránsito, entre los que se cuelan operadores delictivos de la organización. Llegan con ellos, se instalan en algún lugar y obligan a los venezolanos [migrantes] a pedir dinero en la calle y entregar las ganancias a la organización a cambio de un lugar dónde dormir y protección”, detalló.
SUS NEGOCIOS NO INTERESAN A CÁRTELES
Vargas aclaró que las principales fuentes de ingresos del Tren de Aragua en México no son del interés de los cárteles: el tráfico de personas (en zonas fronterizas) y la trata de mujeres (en zonas urbanas).
“Estos dos mercados en principio no rivalizan con los de las organizaciones mexicanas, por lo que los dejan operar y hasta buscan asociarse, ya que el Tren de Aragua tiene alianzas con organizaciones criminales en América Latina donde funge como traficante de influencias para facilitar a las organizaciones mexicanas armas y trasiego de drogas”, dijo. Sin embargo, el Tren de Aragua ha demostrado impulsos expansionistas e independentistas, afirmó Vargas a este medio, lo que sí preocupa a las autoridades, sobre todo viendo los efectos violentos que la presencia de esta organización causa en zonas urbanas de Perú y Chile.
“Por ejemplo, en la Ciudad de México comenzó colaborando para una organización local para después terminar su alianza y pelear contra su anterior aliado el control de la capital”, explicó Vargas refiriéndose a la Unión Tepito como el grupo local con el que ahora se enfrenta el Tren de Aragua.
En Chile, específicamente en Santiago, desde 2023 se registraron asesinatos de carabineros (policía militarizada) que fungían como oficiales de tránsito, al detener automóviles sospechosos de robo o de la comisión de otros delitos. Las autoridades chilenas dijeron a InSight Crime para un reportaje publicado el pasado 17 de agosto que se trataba de líderes locales del Tren de Aragua, que buscan controlar el narcomenudeo de cocaína rosa en la capital chilena.
Desde 2024 se han realizado detenciones de presuntos líderes locales de la organización venezolana en la Ciudad de México, sobre todo a partir de que terminaron sus negocios de protección con la Unión Tepito. En diciembre de 2024, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguró que el Tren de Aragua carece de nexos relevantes con organizaciones delictivas como el Cártel de Sinaloa o el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Sí tenían contacto con ciertos narcomenudistas de la Ciudad de México, pero no una alianza como tal, simplemente consumo y venta”, indicó García Harfuch y negó que se hubiera detectado su presencia en otros estados, aunque los especialistas entrevistados aseguraron que sí hay actividad.