No existe un programa para atender a estas personas
Jorge Parra
Misantla, Ver.- Decenas de indigentes, ancianos, niños, mujeres y hombres en situación de calle rondan a diario por esta ciudad, lo cual se traduce en un problema social donde se refleja la miseria económica en la que viven muchos misantecos y personas que vienen de otros municipios.
El lugar donde se conglomeran los indigentes por lo regular a pedir “una ayuda” o “una moneda” es en el parque José María Morelos y en el atrio de la iglesia de esta ciudad, ahí a paso lento y con un semblante desamparado van de persona en persona pidiendo caridad.
Tan solo ayer una persona de edad avanzada, proveniente de Emilio Carranza perteneciente al municipio de Vega de Alatorre, se congregó en el parque para pedir ayuda, es ciego, traía consigo un lazarillo otro anciano que no aceptó un vaso de refresco, pues en medio de su pobreza tuvo ánimo para decir “yo no gracias tengo ingenio, es que tengo azúcar jajaja”.
Asimismo en el parque una mujer con piernas amputadas pide ayuda, siempre que se le apoya, da gracias a Dios por la ayuda recibida, señala que siempre reza, siempre pide por los que son bondadosos con ella, se anima, dice que Dios la ha dejado en esa condición y que se pone en sus manos y de los que a diario la ayudan.
Sin embargo pese al transcurso de tiempo y la situación vulnerable de quienes se encuentran en calle, la indiferencia es el lacerante más pesado, el que más daño genera, situación que con el paso de los días, termina por envolver a quienes la única esperanza que tienen es la de la mano que pone en la suya, una moneda con la que se obtendrá el sustento de los días aún por vivirse.
Cabe mencionar que la indigencia en Misantla no es nueva, e incluso ha dejado en su haber personajes que la gente recuerda algunos hasta con cierto cariño, Nacho Saldívar “Tarzán”; o “El Metralleta”, quien fuera recluido en el Cereso de Misantla, tras cometer una violación.
Sin embargo desde la administración del extinto Víctor Domínguez Hernández, se han detectado diferentes casos, en los que personas de otros municipios dejan abandonados aquí a sus familiares con enfermedades mentales; a esto se le suman aquellas personas que tienen problemas crónicos de alcoholismo y que se encuentran ya en condición de calle.
A la fecha en la ciudad se desconoce la existencia de un programa para la atención de estas personas, algunas de las cuales solo se acercan al asilo de ancianos o son atendidas por Protección Civil en la temporada invernal.