Asegura el párroco de Misantla, a su regreso de la canonización
Jorge Parra
Un misanteco en Roma, en el marco de la canonización del papa Juan Pablo II. Luego de su viaje al vaticano, el párroco José María Cruz, habló respecto a su viaje a la sede papal y con ánimo relató un poco de su vivencia en el viejo continente.
Al preguntarle, cuál sería la enseñanza de haber estado en la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, señaló “el mensaje que traemos es para la iglesia universal, pues Juan Pablo II así nos lo enseñó, nuestra iglesia latinoamericana es una iglesia joven, con apenas 500 años de haber sido fundada y la iglesia europea tiene dos mil años, se resaltan los valores y la actitud de Juan Pablo II, fueron hombres como nosotros, que consagraron su vida, sobre todo para promover la fe en la iglesia católica”.
Añadió “es una experiencia donde la iglesia proclama la fe en Cristo, a través de San Juan Pablo II, una fe abierta y firme que a toda la iglesia nos cae bien y nos anima”.
“Es una vivencia en la que te puedo mencionar que ese día en Roma, se esperaba un aguacero terrible, habían pronosticado mucha agua, un servidor llegó a las cinco de la mañana al lugar que se me había destinado, muy cerca del altar mayor donde se celebró la eucaristía, el agua estaba próxima, a las siete de la mañana se vino un chipi chipi, sacamos los paraguas, pero dijimos señor esto es para ti, y el agua se quitó por un momento, durante todo el acto de canonización no hubo lluvia, el agua dio la tregua y se celebró en santa paz, tenemos a unos nuevos santos, dignos de nuestros tiempos”.