Aline García Díaz/Misantla, Ver.- Aunque no hay una cifra exacta sobre el número de casos de leucemia, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) estima que cada año en nuestro país se presentan siete mil nuevos casos en niños; de los cuales el 90 por ciento mueren sin haber recibido atención médica según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos (un tipo de células de la sangre). Es el tipo más común de cáncer en niños. Las células sanguíneas se forman en la médula ósea. Los glóbulos blancos ayudan a su organismo a combatir infecciones. Sin embargo, en personas con leucemia, la médula ósea produce glóbulos blancos anormales. Estas células reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que la sangre cumpla su función.
En Misantla, no es la excepción, y ya se han presentado casos, en donde niños tienen que enfrentarse a una difícil lucha contra la muerte, tal es el caso de María José, una niña de 10 años de edad, quien está lidiando con tratamientos, agujas y hospitales.
María José Varela Báez es una niña misanteca que con Fe y confianza sabe que vencerá un episodio amargo de su vida, su valor demuestra que tiene la confianza en la sonrisa de Dios.
La enfermedad la asaltó un invierno hace seis meses, sus padres no sospechaban que su hija, una niña talentosa que en su escuela Flavia Torres de esta ciudad ocupaba un buen puesto de su colegio, estaba gravemente enferma.
El primer síntoma fue cuando le detectaron dengue hemorrágico, asustada la familia, la llevó al hospital de Martínez de la Torre. Allí, uno de los médicos que la examinó no detecto que se tratara de leucemia.
Gracias a su abuelo paterno, el medico Alfredo Báez se le realizaron estudios a fondo porque la nena presentaba insuficiencia es sus glóbulos rojos, gracias a su oportuna intersección lograron canalizarla con un especialista en la ciudad de Xalapa para que se le efectuaran diversos tratamientos resultando la noticia amarga, María José tenia leucemia.
A seis meses, ya ha tendió transfusiones de sangre varias veces y ya ha tenido varias sesiones de quimioterapia, donde al principio sufrió la caída de su cabello, para esto tuvo que estar por más de un mes aislada.
Los primeros meses de la enfermedad son los más drásticos, según oncólogos, muchos pequeños no soportan que su médula ósea ya no produzca glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Les sobreviene una descompensación aguda y fallecen.
La familia no pierde la esperanza y la fe, y confían que pronto verán de nueva cuenta a María José cambiar sus lágrimas de tristeza y amargura en lágrimas de felicidad, al saber que ha derrotado a la muerte.