Papantla, Ver.- El pueblo totonaca se ha caracterizado por recibir con humildad a millones de personas durante el Festival Cumbre Tajín, que más allá de ser un festival, es el encuentro con nuestra identidad.
Severiano Hernández Hernández, rezandero y médico tradicional, destaca que la realización del evento ha venido a reforzar sus raíces, de tal forma que las nuevas generaciones se sienten orgullosas de portar su vestimenta tradicional y continuar utilizando su lengua materna.
Entrevistado en la Casa del Arte del Sanar, explica que desde niño fue motivado por su abuelo a nunca olvidar su cultura, y por ello ahora inculca a sus hijos y nietos a mostrarla al mundo durante las actividades de Cumbre Tajín.
Frente al altar donde se encuentra el Santo Patrono San Miguel Arcángel, cuenta que previamente, con el fin de que todos los turistas lleguen y regresen con bien a sus hogares, la comunidad celebra diversas ceremonias, en las que piden a la fuente divina que sólo exista paz, tranquilidad y amor al prójimo.
“Queremos que Cumbre Tajín se lleve a cabo con éxito, que nuestros visitantes lleguen y regresen con bien a sus lugares de procedencia, por eso hacemos ceremonias a nuestro Dios porque queremos que todos aprendan nuestra identidad en total calma y tranquilidad”.
Sobre sus experiencias, Severiano explica que ha hecho varios viajes alrededor del mundo en compañía de los sanadores de la región, quienes enseñaron a otras culturas la riqueza de ser totonaco. Sonriente recuerda que en Corea del Sur los llamaron ‘Los ángeles de México’, pues sanaron a algunos enfermos.
“Los turistas se admiran de nuestra cultura y aprendizaje, a veces regresan a sus casas llenos de energía y fuerza espiritual. Es un gusto convivir con otros hermanos de otros países, eso es una alegría para los totonacos, nos llena de entusiasmo y de amor”.
En ese sentido, reconoció que el Festival ha ayudado a salvaguardar sus tradiciones, pues a través el Centro de las Artes Indígenas (CAI) el pueblo totonaco continua practicando sus más milenarias tradiciones.
“Esto es una emoción que nosotros estamos plantando hoy y que nuestros hijos cosecharán mañana, si no quisiéramos mostrar nuestra cultura, no participaríamos en Cumbre Tajín, pero estamos dispuestos a seguir sembrando para que los visitantes se lleven nuestra identidad alrededor del mundo, porque otros países quisieran celebrar así”, concluyó.