Miguel Martínez
San Rafael, Ver.- A más de año y medio de entredichos por el proyecto del gasoducto que abastecerá a la planta Citrofrut, ayer por primera vez los involucrados en este problema llegaron a las manos, donde cada parte defendía su postura sobre esta obra que pretenden se haga en la comunidad Tepetates.
Desde primera hora, un grupo de opositores al proyecto se plantaron en la zona donde se realizarían los trabajos de introducción de la tubería, pero personal de la planta llegó con maquinaria y comenzaron a realizar sus operaciones sin importarles que ahí estuvieran los manifestantes, lo cual sirvió para enardecer los ánimos de los compañeros de lucha.
Entre gritos y reclamos se dieron los primeros jalones, donde uno de los manifestantes fue tomado del cuello por un trabajador de la empresa Gas Natural Industrial, el cual a su vez fue golpeado por un hombre mayor.
Posteriormente dos mujeres del grupo manifestante se introdujeron en uno de los huecos hechos por la máquina impidiendo así que los trabajos continuaran.
Ya para las 11:00 horas, arribaron al lugar dos elementos de la Policía Municipal de San Rafael (un hombre y una mujer), quienes pidieron a los manifestantes salir de la zona de vallas, pues se trata de una zona resguardada por seguridad, además de ser zona federal donde la empresa estaba trabajando, por lo que pidieron salieran de esa zona y continuaran manifestándose fuera de la valla.
Las damas salieron del hueco pero volvieron a hacerse de palabras y manotazos con los encargados de la obra. Momentos más tarde, los elementos de la policía se retiraron del lugar argumentando que tenían un llamado que atender, dejando aún latente el riesgo de otro encontronazo.
Por su parte, los manifestantes aseguran que continuarán defendiendo su seguridad y la de los suyos, sin importar a qué costo, como lo demostraron al interponerse a la maquinaria. Aseguran que no hay forma de negociar la seguridad de la ciudadanía, manteniendo su postura de que se cambie el trazo de la obra.
Aseguran que a algunos de los vecinos de las congregaciones afectadas se les ha ofrecido dinero o trabajo si permiten que se continúe con la obra, pero dicen que todos ellos son personas que viven lejos de la zona donde pasa el tubo. Haciendo énfasis que casos como los del kínder y la primaria de la congregación son los que les preocupan, pues el primero está a menos de 25 metros.
Por su parte
Soy el licenciado Alberto Anaya, gerente enlace de GNI, es un tema que hemos trabajado y negociado, pidiéndole a la comunidad, a estas tres personas que nos permitan trabajar y que nos den garantías.
“Nosotros venimos a invertir, a generar progreso y empleo”. En cuanto a los permisos, Anaya aseguró que “en cuanto tengamos la oportunidad de que nos dejen trabajar les vamos a demostrar todos los documentos federales y estatales que piden en una rueda de prensa”.
Sobre los dictámenes de riesgo en contra del gasoducto que aseguran los manifestantes emitió Protección Civil Estatal, el licenciado Anaya dice que si ellos tienen las pruebas que lo demuestren, “estamos en la mejor disposición de platicarlo y revisarlo”. Acerca de la gresca, asegura que se dio porque trataban de mantenerlos fuera de la zona de riesgo pero que los manifestantes se empecinaban en entrar, poniendo en riesgo su integridad física.
“Nosotros contamos con el apoyo del gobierno de Veracruz, somos parte de los inversionistas que han sido invitados por el gobierno de Veracruz y que se vienen tiempos muy importantes para el estado y queremos ser parte de ello”, concluyó.