Juan Carlos Jiménez B.
Tlapacoyan, Ver.- Cada día ingresan decenas de personas a las tiendas comerciales, almacenes y supermercados, pero algunas de ellas van en busca de algo más que ofertas o promociones.
Hombres, mujeres, e incluso menores de edad, entran como si nada a los establecimientos comerciales para sustraer y salir con uno o más productos “gratis” debajo de sus holgadas blusas, camisas, suéteres o pantalones.
Este tipo de hurtos, también conocidos como “robos hormiga”, ponen en una situación particularmente vulnerable a los establecimientos, porque no sólo se trata de llevarse dulces, bebidas, desodorantes o alimentos al momento de fingir «hacer el súper”.
Desafortunadamente en Tlapacoyan también hay bandas de delincuentes bien organizadas que han convertido esta práctica en un oficio ilícito, pues cada saqueo puede oscilar entre 20 mil y hasta 50 mil pesos en un mes, así lo aseguro el propietario de un establecimiento.
No obstante, el problema tiende a crecer cada vez más, pues los pequeños robos se han incrementado ciento durante los últimos meses, y los hurtos son más frecuentes en épocas de mayor afluencia.
Incluso, las artimañas de los llamados «farderos” han crecido en audacia e ingenio, porque utilizan bolsas forradas de cinta canela y ahora suelen acompañarse de menores de edad porque es fácil que pasen inadvertidos y son protegidos por las leyes.
Por esta situación es necesario que las autoridades impartidoras de justicia actúen con mano dura cuando se presentan este tipo de denuncia y no haya solapamiento en contra de quienes comenten estos robos y más aún cuando utilizan a niños.