Investigadores del IPN promueven esta medicina alternativa
Juan Carlos Jiménez Benavídez
Durante poco más de dos siglos de historia, la homeopatía se ha consolidado en muchos países como una disciplina médica y científica que brinda la posibilidad de curar y prevenir enfermedades de manera efectiva, natural y en armonía con los procesos naturales de curación del organismo.
Algunas personas se acercan a este sistema por la falta de resultados de la medicina convencional en el tratamiento de ciertas enfermedades; otras recurren a ella como primera opción, sencillamente porque se ha convertido en una tradición que se transmite de una generación a otra dentro de sus familias.
En cualquiera de estos casos, la homeopatía ha mostrado su eficacia, y esa es la razón por la que se encuentra formalmente reconocida por el Sistema de Salud mexicano y de otras naciones (Alemania, Francia, Inglaterra, India, Argentina y Suiza).
De hecho, los médicos que la ejercen en nuestro país se especializan en instituciones reconocidas como la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Escuela de Posgrado “Homeopatía de México”, así como la Escuela Libre de Homeopatía de México (ELH) y el Instituto Superior de Medicina Homeopática de Enseñanza e Investigación (Monterrey, Nuevo León).
El doctor Juan Tenorio López, encargado de la brigada médica que visitó Tlapacoyan, señaló “la medicina homeopática fue configurada a principios del siglo XIX por el médico alemán Samuel Hahnemann, quien anunció sus hallazgos en 1810, y once años más tarde publicó una lista de remedios comprobados”, medicina que ahora llega hasta este municipio totalmente gratuita.
Señalando el entrevistado que esta disciplina, además de contemplar el diagnóstico médico, reconoce a la persona como un todo integrado y busca corregir las alteraciones que existan a nivel físico, emocional y mental, y no solamente a nivel local.
El efecto de los medicamentos homeopáticos y la manera en que se prescriben son radicalmente diferentes a la de la farmacología tradicional, lo que redunda en un entendimiento diferente de lo que es la enfermedad y la curación.
Tenorio López, detalló que la homeopatía consiste en administrar al enfermo dosis bajas o muy diluidas de una sustancia que administrada en concentraciones altas y a sujetos sanos, provoca síntomas semejantes a los del enfermo.
El medicamento homeopático genera un estímulo que pone en juego mecanismos fisiológicos y psicológicos que tienden a regresar al paciente al equilibrio; así pues, la homeopatía promueve la capacidad curativa del organismo basada en sus propios sistemas de regulación.
Señalando como ejemplo muy claro, el café consumido en exceso puede causar taquicardia, insomnio e intranquilidad, pero esa misma sustancia en dosis homeopáticas haría que el ritmo cardiaco se normalizara y que un individuo restableciera la capacidad para dormir plácidamente.
Situación por la cual los medicamentos homeopáticos tienen un campo de aplicación muy amplio, de modo que pueden utilizarse en primeros auxilios, enfermedades crónicas y agudas, medicina preventiva, problemas emocionales y psicológicos e, incluso, en veterinaria.
