Por Juan Carlos Jiménez B.
Debido a la incredulidad y escepticismo de la población en torno al tema del Covid-19 va más allá de no salir de casa, debido a que muchas personas tienen que realizar sus actividades diarias y acudir a sus fuentes de empleo para llevar el sustento a sus hogares.
En ese punto es comprensible la movilidad de las personas, o quienes acuden a realizar pagos a tiendas como Elektra o Bancoppel, donde se hacen largas filas para cumplir con sus obligaciones financieras por haber comprado a crédito algo para sus hogares.
Pero la situación va más haya debido a que los comercios no han acatado los lineamientos emitidos por la Secretaría de Salud, siendo solamente parciales las acciones como la aplicación del gel antibacterial y la sana distancia, pero no así el obsequiar cubrebocas a las personas que acuden a realizar sus trámites.
En otros casos quienes atienden los comercios, no hacen uso del cobrebocas o se da la misma situación de los motociclistas con el casco, si presentan su cubrebocas pero no hacen el correcto uso del mismo, debido a que algunos lo tienen colgado a sus costados en repisas y otros más los portan en el cuello.
Aunado a que no da la supervisión pertinente por parte de la Secretaría de Salud, que la encargada de vigilar la correcta aplicación de los lineamientos de sana distancia durante esta contingencia sanitaria.